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El reporte oficial señala que 53 casas quedaron destruidas por la explosión en San Pablo Xochimehuacán, Puebla.

Los hechos no se tradujeron en una desgracia mayor por la rápida evacuación que implementaron instituciones estatales y municipales en los minutos posteriores a la fuga de gas.

Durante 75 minutos funcionarios lograron evacuar a cientos de familias; el llamado a salir de sus hogares evitó una catástrofe mayúscula.

Sin ese operativo hubiese ocurrido una tragedia nunca antes vista.

Las imágenes muestran el impacto que sufrieron los inmuebles; techos de concreto, muros, castillos, incluso postes de cemento cayeron ante el golpe de la explosión.

En muchos inmuebles no hay fuego; no hay restos, ni automóviles calcinados; nada se incendió. Fue la onda expansiva de la explosión la que acabó con decenas de hogares.

En cada inmueble habitaba una familia que fue salvada gracias a la pronta intervención institucional.

La nota es que no ocurrió una enorme tragedia.

Por supuesto el deceso y los heridos son lamentables; pero la gran mayoría de la población pudo ser evacuada y salvada.

Ahora vendrá una implacable investigación.

Los criminales son los que operan en todo el país; aquellos que controlan el huachicol y el huachigas en Guanajuato, Hidalgo y por supuesto en Puebla.

Solo que ahora no hay tolerancia para esas redes delictivas.

Después de que se hagan las investigaciones ministeriales se conocerá que -inexorablemente-, esos grupos delictivos tuvieron la complicidad de algún tipo de autoridad policiaca dependiente del Ayuntamiento de Puebla.

Testimonios de vecinos apuntan que desde hace meses se reportó la presencia de sujetos que tomaron el control de predios en la zona con el propósito de utilizarlos en actividades delictivas. Incluso ya se cuenta con el alias de un hampón.

Los mandos policiacos de Puebla sabían lo que ocurría en San Pablo Xochimehuacán, pero dejaron que esa célula criminal siguiera operando. Las versiones que ofrecen los vecinos deben ser investigadas a profundidad.

Lo que viene será una cacería. Los responsables de la explosión serán perseguidos con toda la fuerza del Estado.

Al tiempo.

Dulcería poblana.

En Tehuacán Tepole no sabe por dónde comenzar.

Lo que está sucediendo en Tehuacán no tiene antecedente. El alcalde saliente Artemio Caballero López -suplente de Felipe Patjane-, huyó unos días antes del cambio de administración. No se presentó a firmar el acta de entrega recepción y de plano salió de la ciudad con rumbo desconocido. De manera extraoficial se sabe que se llevó cientos de documentos de su gestión.

Por su parte Pedro Tepole aún no atina a poner en orden el barco; en horas recientes elementos de la Policía Municipal advirtieron que el lunes primero de noviembre podrían realizar una protesta toda vez que aún no reciben el pago quincenal completo.

El actual alcalde arrancó sin una estrategia de Seguridad Pública y lo único que pudo hacer es ratificar al jefe policiaco de Artemio. Vaya, es como si Eduardo Rivera Pérez sostuviera a Lourdes Rosales.

Y la ex tesorera municipal Yolanda Solís Vázquez dejó enquistados a familiares y compadres en el nuevo trienio. Por ejemplo, su sobrina Carolina Solís Calderón es la jefa en el área de cajas.

Además la citada ex tesorera fue quien giró cheques destinados a congregaciones cristianas con las que Artemio Caballero simpatiza.

Tepole conoce todo esto, pero no sabe por dónde arrancar.

Como siempre quedo a sus órdenes.

Tw @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com


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