Estamos en la era de las redes sociales. Menospreciadas por algunos, magnificadas por otros, estas nuevas herramientas de comunicación e interacción son un fiel termómetro para estudiar las sociedades de nuestro tiempo. Debe subrayarse que en México las redes sociales son un privilegio al que no tienen acceso los sectores más desprotegidos y marginados. Pero aun así nos presentan una perspectiva que es elocuente del sentimiento y ánimo social.
Las circunstancias políticas de las últimas décadas hicieron que los medios de comunicación se constituyeran en un brazo del poder presidencial. La apoteosis fue aquella expresión de Emilio Azcárraga Milmo en que se declaraba ‘priista’ y ‘un soldado del presidente’. En los lustros recientes el duopolio televisivo fue el brazo del poder político.
Empero paulatinamente ese poder se iría diluyendo con la entrada de las nuevas tecnologías. En su momento la clase política no supo ver lo que representaban las redes sociales. Gobernadores, senadores y diputados pensaron que era un juego propio de adolescentes.
La izquierda mexicana soslayada por los poderes mediáticos encontró en Twitter y Facebook la caja de resonancia que les negaron la televisión y la radiodifusión.
Fueron los sectores de esa izquierda los que hicieron suyas las redes. Ahí están los líderes emblemáticos del Twitter: @epigmenioibarra @Taibo2 @JohnMAckerman @Kikesma por sólo mencionar a algunos de los más destacados guerreros del lopezobradorismo.
El presidencialismo priista y panistas obligó a la izquierda a buscar otras opciones de difusión y ésta hizo de las redes sociales su gran feudo.
La fuerza devastadora del nuevo frente de guerra quedó demostrada cuando pusieron en crisis a una de las grandes creaciones de la pantalla chica: el Teletón. Ese evento catapultado por la mayor televisora del país, secundada por decenas de estaciones de radio y centenares de medios
impresos fue abatido por las redes sociales. La campaña de las redes en contra del Teletón fue brutal y colocó al evento en una crisis que nunca hubiera imaginado años atrás. Esa es la fuerza de las redes sociales en México.
En este 2018 los ejércitos tuiteros y facebookeros de López Obrador han magnificado y sobredimensionado las pujas entre José Antonio Meade y Ricardo Anaya, logrando con esto la consolidación y supremacía de su candidato.
En estos momentos previos al día de la jornada electoral es evidente que todas esas tropas están embistiendo con singular ímpetu al clan veracruzano de los Yunes. Los misiles son inflexibles sobre Miguel Ángel Yunes Linares y su vástago Yunes Márquez.
Una vez que es evidente el abatimiento de Meade y de Anaya las tropas de AMLO en las redes sociales se han concentrado en el ‘foco rojo’ que representa la elección en Veracruz.
Solo basta recorrer las redes para percatarse de que hay una gigantesca campaña para menguar a los Yunes, quienes a su vez están haciendo todo por defender su coto.
Allá en las tierras jarochas están haciendo blanco los proyectiles lanzados desde la Ciudad de México, Morelos, Michoacán, Nayarit… Pero curiosamente debe destacarse que todos esos ejércitos de cibernautas no están escribiendo sobre lo que sucede con la elección en Puebla.
Todo ese ejército de López Obrador ha recibido indicaciones de enfocar sus baterías en Veracruz, pero por alguna extraña y sospechosa razón ha omitido a Puebla de sus prioridades. Y eso es completamente palpable y evidente.
¿Por qué razón Tatiana Clouthier, la comandante en jefe de las hordas lopezobradoristas, dio la línea de concentrarse en Veracruz y soslayar a Puebla?
Por favor, no se dude que la señora es quien opera la política de redes de Morena y por alguna incierta razón en Puebla no quiso dar la pelea.
Tal vez más adelante conozcamos la causa.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.
TAGS