Apenas transcurren los primeros días de la contienda electoral y Claudia Rivera Vivanco ya no aguanta. Acusa a Barbosa, a Biestro, a Lalo Rivera, porque no puede aceptar las expresiones ciudadanas.
Llega al grado de decir que ella encabeza las encuestas, cuando todas las mediciones nacionales la ubican como la peor alcaldesa del país.
La realidad es que apenas lleva una semana y no siente lo duro sino lo tupido. Claudia arrancó con el pie izquierdo; apenas inicia el primer round y la opinión pública la lanzó contra las cuerdas.
Rivera Vivanco hará una campaña con la única estrategia que sabe aplicar: victimizarse y culpar a otros. En el Ayuntamiento le funcionó para sus fines de golpeteo, pero en la campaña, el electorado rápidamente se va a cansar de escuchar sus alegatos de víctima y sus acusaciones contra Biestro.
La señora no se da cuenta que ya está en plena contienda. A los grandes sectores sociales no les importa su papel de víctima de Biestro, el Hombre Lobo.
Claudia ya no tiene que ofrecer en las colonias y juntas auxiliares; nunca cumplió sus promesas de 2018; se dedicó a la grilla, a la guerra política y olvidó cumplir sus compromisos. Hoy ya no tiene propuestas, ni planteamientos. Su pésima gestión está a la vista y el repudio social en su contra es gigantesco.
Lo que empezó mal se va a poner peor. Su campaña irá de más a menos; mientras más insista en victimizarse, más se va a hundir.
Pregunta, realmente ¿Qué tan alta es la intención del voto en favor de Morena?
A nivel nacional realmente se desconoce qué tan alta es la intención del voto en favor de Morena.
En recientes elecciones estatales quedó claro que hay dos Morena en la percepción social. Uno, el Morena que se identifica como la túnica de López Obrador y en segundo lugar el Morena que es un partido político.
Cuando el instituto va de la mano de AMLO su proyección se potencializa. Pero cuando va solo, como uno más de los partidos políticos, simplemente se desploma, se derrumba.
En el país ocurren diferentes fenómenos sociales que inapelablemente están socavando a Morena; la violencia generalizada frente a la que nada se hace; los crímenes y los feminicidios que son ignorados por las fiscalías estatales; los movimientos feministas que son subestimados desde la presidencia de la República; el desabasto de medicamentos, no solo oncológicos; el terrible, el desastroso manejo de la pandemia que sufren miles de mexicanos y más recientemente la crisis generada por el accidente en el Metro.
Los encuestadores aseguran que el Morena del presidente López Obrador prácticamente no ha sufrido merma frente a estos embates. Lo cual es poco creíble.
No se debe descartar que exista un plan -premeditado y doloso-, para crear el espejismo de un Morena invencible, cuando la realidad es que el mismo mandatario refleja de manera transparente la caótica situación de su partido.
Al día siguiente del accidente en Metro Olivos, López Obrador salió desencajado, descompuesto. En horas recientes se exhibe el uso faccioso de la Fiscalía General de la República (FGR) en Nuevo León.
Estos son claros síntomas de desesperación electoral.
Algo grave está ocurriendo con la intención del voto en favor de Morena. Todo indica que no es el paraíso prometido que aseguran los encuestadores nacionales.
Después de 70 años el PRI entró en una espiral de decadencia, pero a Morena solamente le bastaron dos años para comenzar a descomponerse.
Ya veremos en unas semanas hasta dónde se puede desplomar el partido promesa.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com
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