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En años recientes algunas cuentas de Twitter -aquellas con acceso a información nacional privilegiada-, presentan videos que graban las mismas organizaciones criminales.

Las escenas son propias de un escenario bélico; camionetas todo terreno y los vehículos “monstruo” que son camiones tres toneladas equipados con placas de blindaje artesanal; los sicarios se exhiben portando fusiles solamente comparables a los que muestran las tropas de Ucrania.

Los convoyes del crimen organizado atraviesan los estados de Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Estado de México… entre otros.

Hace unas horas apareció un video en el que un líder criminal advierte al comandante de la Marina Armada en el municipio de Marquelia, Guerrero, que pensaba matarlo y colgarlo de un puente, pero “gracias a la intervención del presidente municipal” se evitó el ataque.

Ese es el rostro del México actual: fuerzas armadas sobajadas, denigradas, insultadas por capos de la delincuencia organizada.

Ante este escenario que se repite desde Caborca, Sonora hasta Playa del Carmen, Quintana Roo, la pregunta se hace obligada, incluso forzosa: ¿por qué los convoyes del Cártel Jalisco no avanzan libremente sobre la avenida Juárez de la ciudad de Puebla?  ¿por qué no arremeten contra los antros de San Pedro Cholula? ¿por qué no le cobran derecho de piso a los tianguistas de San Martín Texmelucan o los maquileros de Tehuacán?

¿Acaso Puebla tiene fronteras blindadas con cientos de elementos de la policía estatal?

No, de ninguna manera.

Lo único que está protegiendo a Puebla y los poblanos de la catástrofe nacional es la voluntad política de un gobierno que no ha pactado con los cárteles.

Es el factor que hemos escuchado en reiteradas ocasiones en las conferencias matutinas: en la Puebla actual no se pacta con criminales; se exhorta a los alcaldes para que no permitan la intromisión de delincuentes en sus municipios.

Las palabras de Barbosa están respaldadas por hechos reales. En Puebla no se ha vendido la plaza; no se han hecho arreglos bajo la mesa, ni se ha permitido que los cárteles compren a los mandos policiacos.

¿Hasta cuándo Puebla gozará de este ambiente?  Sin duda hasta que termine la actual administración.

Después quién sabe lo que pueda suceder.

Quién sabe.

Dulcería poblana.

La verdadera dimensión del negocio de los parquímetros.

Para la entrega de uno de los grandes negocios de este Ayuntamiento no hubo sorpresas; la ganadora para la operación de cerca de 5 mil parquímetros fue ‘Parkimóvil Moving Cities Smarter’, firma relacionada con los barones de la organización sinarquista Yunque. Pero realmente ¿Cuál es la dimensión de este negocio?; a la gestión de Eduardo Rivera Pérez le restan 29 meses. Si la empresa «Porky-móvil» (un sarcasmo por el desaseo y la opacidad que representa) va a obtener aproximadamente 6 millones 465 mil pesos mensuales, en lo que resta del trienio se va a llevar 187 millones 485 mil pesos. Se les cayó el negocio de la publicidad en mobiliario urbano, pero la intención era obtener un botín semejante.

¿Qué hay detrás de la atropellada relación entre Barbosa y Mier?

Después de la deferencia y las reiteradas alusiones que el presidente de la República dirigió al gobernador Barbosa Huerta durante toda la mañana del 5 de Mayo quedó en claro que entre ambos existe una sólida y armoniosa relación. Pero la segunda nota que sacudió a la comentocracia poblana fue la presencia de Moisés Ignacio Mier Velazco. El evento fue ocasión para ratificar la atropellada relación que existe entre el gobernador y el líder de los diputados federales. Pero ¿esto a qué se debe? ¿qué sucede realmente en el fondo de ese turbio ambiente? Todo indica que Nacho no le ha dado su lugar al jefe político del estado; es decir se ha querido mover a su arbitrio y de manera autónoma, sin guardar las formas a que obliga la urbanidad política. La colocación de candidaturas sin el debido consenso ha dado a pie a más de un desencuentro. Y realmente no se ve la luz al final del túnel.

Eukid Castañón saldrá primero que Romero Serrano.

Nos reportan desde los pasillos de la Auditoría Superior del Estado (ASE) que el futuro de Francisco Romero Serrano es mucho más cercano al de un capo del crimen organizado que a cualquier otro agente político, como puede ser Eukid Castañón. Podemos confirmar que a paso veloz avanzan las investigaciones sobre el ex auditor. La conclusión es una sola: Francisco perdió la razón; se movió con la conducta propia de un adicto, completamente fuera de sí; sus excesos rayaron en lo irracional y demencial. Las primeras indagatorias arrojan que sobre Romero Serrano se pueden fincar una treintena de carpetas de investigación. Repetimos una treintena. Simplemente no tuvo mesura alguna y eso lo llevará a pasar muchos años en las mazmorras.

Como siempre quedo a sus órdenes.

Tw @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com


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