De acuerdo a sus declaraciones, la probable participación de Alejandro Armenta Mier como aspirante a la presidencia municipal de Puebla está sujeta a una “negociación” en la planilla. Es decir el legislador busca colocar una plataforma de armentistas que serían sus operadores rumbo a la gran elección del año 2024.
Esto tiene dos razones fundamentales; Alejandro requiere de un ejército que opere en una hipotética elección a la gubernatura. Al lograr que sus cuadros sean incluidos en la administración municipal tendrán una remuneración y una palestra para actuar.
Una segunda lectura indica que la nueva embestida del legislador es para sacarse la espina del grave tropiezo que tuvo con su abogado Fredy Erazo. Es muy probable que el enérgico Ricardo Monreal lo haya reprendido por semejante descalabro. Hoy en un afán de recuperarse del revés jurídico y político el senador busca una nueva puja.
Para la perspectiva de Cúpula conviene subrayar que la gran mayoría de episodios que hemos visto en los últimos años son confrontaciones innecesarias.
Sin duda Nancy de la Sierra, Alejandro Armenta Mier y Moisés Ignacio Mier Velasco son los cuadros obligados e ineludibles en el futuro político de la entidad. Los tres son auténticos poblanos, con trayectorias netamente locales, que surgieron desde las bases mismas y fueron escalando peldaño a peldaño hasta llegar a la antesala de Casa Aguayo. Nacho y Alejandro son ejemplos de la cultura del esfuerzo, Colosio Dixit.
El problema con Armenta es su actitud; un proceder beligerante tan incisivo como innecesario; la confrontación y los desplantes contestatarios son evidentes.
Hoy está repitiendo la misma postura de la elección extraordinaria de 2019: “Quiero posiciones en el gabinete”. Y ahora quiere decir “Pedimos regidurías y direcciones en el próximo Ayuntamiento”. Es muy probable que pida la mitad del Cabildo y desde este momento podemos anticipar que nada le van a dar.
Si se postula como candidato podrá colocar todo un Ayuntamiento armentista; pero si trata de negociar posiciones, no va a resultar. Se trata de otra confrontación innecesaria.
El asunto Fredy Erazo es ilustrativo. El gobernador Barbosa Huerta utilizó una de sus conferencias de prensa para hacer un público llamado a los senadores; les pidió actuar con responsabilidad en la elección del nuevo magistrado del Tribunal Electoral del Estado de Puebla. Fue una invitación institucional, republicana y profundamente respetuosa.
Un paréntesis, caso similar fue cuando Barbosa invitó a Alfonso Esparza Ortiz a un diálogo sin corbata en una audiencia ciudadana. El ejecutivo siempre tendió la mano en buena lid, pero Poncho no lo entendió y hoy está a punto de pagar las más crudas consecuencias.
En tiempos del morenovallismo los gritos y las amenazas eran la constante. Pero ahora nada de eso ocurre.
Hoy el estilo personal de gobernar es esperar pacientemente los tiempos jurídicos.
Volvamos al punto de Erazo; pensaron que podrían desafiar al gobernador en la elección del nuevo magistrado y el resultado fue un tropiezo que era innecesario. Una consulta con un asesor en Derecho Electoral hubiera anticipado lo que representaba la designación del polémico abogado.
Hoy está en proceso la selección de candidatos. Es el momento para buscar acuerdos y alianzas que fructifiquen en un futuro, porque la ruta de las confrontaciones a nadie conviene.
Cada agente político tiene sus características de personalidad. Armenta es impetuoso e impulsivo; Mier es sosegado y conciliador. Cada quien tiene su propio temperamento.
Pero no se pueden sacar las armas en cada esquina del trayecto.
Como siempre quedo a sus órdenes en @CupulaPuebla.
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