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Lo que estamos presenciando es el inicio de una catástrofe.

Por todo el país la violencia se agudiza. Las organizaciones criminales están en crecimiento exponencial. Las amenazas cumplidas y creíbles del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) están en pleno Paseo de la Reforma. En la percepción social comienza a incubarse la idea de que “la paz” de López Obrador es más mortífera que la guerra de Calderón. 60 mil muertos ha dejado la violencia durante los meses de gobierno de la 4T y simplemente no se ve posibilidad alguna de detener la vorágine criminal.

La pandemia en México está rebasando todos los análisis y pronósticos. La sociedad sigue el ejemplo del gobierno federal que se muestra despreocupado, indiferente, ajeno a la catástrofe. Cientos de científicos aseguran la eficacia del cubrebocas, pero el gabinete se niega a usarlo, en un mensaje que se convierte en letal para millones de mexicanos. No hay una sola medida que se dicte desde Palacio Nacional; ni una. Los mensajes son “No nos van a hacer nada los infortunios, las pandemias… Se ha podido domar la pandemia… Se aplastó la curva…” Mientras tanto hay más de 60 mil médicos y enfermeras que se han contagiado. Hasta el cierre de esta columna el reporte oficial es de 44 mil decesos y la curva sigue en ascenso.

La sociedad está hiper polarizada. Los grandes sectores no están divididos, sino fracturados; bloques que representan dos posturas del México contemporáneo. Por supuesto hay grupos sociales que aún defienden a capa y espada la efigie presidencial. Pero por todo el país brincan pequeños grupúsculos o grandes comunidades de inconformes; los AMLOfóbicos que salen a las calles a protestar. Y hay que decirlo con toda puntualidad, cada día son más. Es evidente que hay una sociedad mucho más crítica y participativa que esperaba resultados concretos y solamente se ha encontrado con “abrazos” y estampitas religiosas.

Una sociedad llevada al extremo de la polarización es la derrota moral de todo gobernante. Jamás un líder histórico ha quebrado a su sociedad. Cárdenas, Churchill, Mitterrand fueron estadistas que alentaron la unidad nacional. Nunca apostaron por la fractura.

El llamado “Austericidio” la política de la “austeridad republicana” está causando un desastre en el sector salud. El desabasto de medicamentos que tienen el carácter de urgente para tratamientos de quimioterapia es un hecho inapelable, indiscutible. Los padres agobiados por el dolor reclaman y exigen. Sus voces van desde Tuxtla Gutiérrez hasta Tijuana y se topan con el muro de la infame indiferencia; esa que ni siquiera voltea a mirarlos. El tuit que pasará a la historia fue aquel que dijo: “No soy médico”. Esas palabras retumbarán en los muros de la historia porque representan el desdén, el menosprecio por el dolor y el sufrimiento.

La austeridad también está golpeando a los municipios. Recortes de hasta el 50 por ciento ya se aplican a cientos de alcaldías. Las reacciones políticas se están reservando. Pocos munícipes se atreverán a levantar la voz contra la medida federal, pero todos habrán de operar bajo la mesa para cobrar la factura y el agravio. Esos son los puntos que no se pueden evaluar, ni medir. Solamente se puede anticipar que los drásticos recortes a los municipios habrán de desatar fuertes reacciones políticas que en 2021 irán más allá de lo manejable.

En este escenario tratan de presentar dos grandes temas: el cuestionado proceso penal a Emilio Lozoya y la venta del avión presidencial.

El ex funcionario peñista debe verse como un telón teatral con el que pretenden tapar los 60 mil muertos de la violencia criminal, los 40 mil decesos por la pandemia, las víctimas del desabasto de medicamentos y el desastre que se está generando en cientos de municipios.

Estamos ante un gran telón. Conforme se acerque el periodo electoral de 2021 las aprehensiones, cateos y citatorios tendrán mayor teatralidad.

Pero nada podrá ocultar el desastre de país que se está gestando. En unos meses la violencia criminal, la pandemia y el desabasto habrán de golpear a miles de familias más y ya no importará que Peña sea colgado de un árbol.

Para esas alturas nada podrá ocultar una catástrofe mayúscula.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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