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Simplemente es un escenario inédito.

Algo nunca visto.

Estamos ante los tiempos más inseguros y violentos que se hayan visto en la Angelópolis.

Un reconocido empresario que es ejecutado en la principal avenida de Puebla, un joven que es masacrado en una de las arterias más transitadas, un ex Rector que es asesinado a pocos metros de su hogar, un matrimonio que en pleno centro comercial es asaltado con fusiles de alto poder, armas que solo son utilizadas por el Crimen Organizado.

Todos estos casos son tan solo la punta de un iceberg verdaderamente descomunal.

Asaltos en vía pública, robos a casas habitación y oficinas, atracos en las juntas auxiliares, allanamiento de viviendas, esto a todas horas y en todos los puntos de la ciudad.

Un clima desbordado de delincuencia que es el reflejo de la política autista de Eduardo Rivera Pérez, quien permanece como si fuera ajeno a esta crítica ola delictiva.

Es lo que en las redes sociales hemos llamado la #PueblaInsegura.

Pero Lalo Rivera parece no inmutarse, ni siquiera hace caso de lo que acontece en la ciudad. Parece alcalde de Tlaxcala o de Cuernavaca, pero en lo que respecta a Puebla simplemente se mantiene ajeno e indiferente.

Para él es como si nada pasara.

No hay declaraciones al respecto, ni tampoco posturas y mucho menos políticas de combate a la inseguridad.

La delincuencia cada día aprieta más a la ciudad de Puebla ante un indolente presidente municipal.

Y estamos refiriendo que en la mayoría de los casos se trata de delincuencia común.

Mención aparte merecen las constantes incursiones del Crimen Organizado en la ciudad. Una  paulatina y persistente penetración de los Cárteles en la vida de Puebla.

Ante esto no se ha visto una respuesta oficial.

No existe una estrategia municipal destinada a detener el flagelo de la inseguridad.

Pero en horas recientes apareció una medida que abre una nueva etapa en la política local.

Ante la peor ola de inseguridad que se haya visto, el gobierno de Eduardo Rivera ahora anuncia la compra y operación de “drones”.

Los “drones” son aeronaves no tripuladas, generalmente son pequeños aviones o naves parecidas a helicópteros, que son controladas desde una base o centro de mando.

En el caso de los aparatos que la Comuna comprará son dos “octocóperos”.

Las preguntas son inevitables.

¿Tiene Puebla el personal capacitado para manejar esta nueva herramienta de vigilancia de alta tecnología, misma que en las ciudades del primer mundo es de uso cotidiano?

¿Podrán contribuir estos “drones” a paliar la desbordada delincuencia?

¿Cuál es la empresa proveedora?

¿Se realizó algún concurso para la compra de estas aeronaves no tripuladas?

¿Cuánto costarán estos “octocópteros”? ¿Cuánto su “centro de mando”?  ¿Cuánto la capacitación del personal operativo?

Son muchas las preguntas de carácter periodístico que deben hacerse y responderse.

Pero sobre todo recordar que el clamor ciudadano es uno solo: seguridad.

Han presentado a nuevos elementos de la Policía Municipal, hacen circular patrullas “Charger” con la leyenda “proximidad social”, compran cámaras de video vigilancia, pero en los hechos no logran abatir los índices de delincuencia.

Ahora aseguran que traerán la más alta tecnología mundial en materia de vigilancia: los “drones”.

Todo indica que se trata de un fiasco más de este ayuntamiento autista que no oye, no ve y no percibe el drama en que viven los poblanos.

Lo más probable es que, más temprano que tarde, los “drones” se terminen impactando en algún paso a desnivel o en alguna torre.

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.


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