El asunto del presunto chantaje que algunos regidores del G5 hicieron a la Secretaria General del Ayuntamiento Liza Elena Aceves López amenaza con desbordarse, si no se presentan las pruebas.
En conferencia de prensa la funcionaria afirmó que algunos regidores habían exigido la cantidad de tres millones de pesos para aprobar el proyecto de Rivera Vivanco.
Pero pronto se organizó la respuesta. Los ediles Roberto Elí Esponda Islas, Marta Ornelas Guerrero, Libertad Aguirre Junco, Edson Cortés Contreras, Rosa Márquez Cabrera y José Luis González Acosta, en conferencia de prensa exigieron que se presenten las pruebas.
La lideresa de Acción Nacional Genoveva Huerta desde su tribuna se sumó al reclamo. Es de esperarse que en las siguientes horas y días otras voces se agreguen a la exigencia.
Liza Aceves se ve obligada a presentar las pruebas o a convertirse en la segunda gran mentirosa del Ayuntamiento. Por supuesto, la primera es su jefa la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco.
Ya veremos si en realidad la Secretaria General tiene las evidencias, pero sobre la entereza y la congruencia para sostener su palabra.
Porque de lo contrario será otra lápida más para la administración más desastrosa que haya visto la Angelópolis.
Miscelánea poblana.
El llamado “Cártel de la Sierra Negra” se recrudece.
Lo que sucedió en la Sierra Negra el sábado 15 de agosto rebasa por mucho todo lo visto en esa región.
En las primeras horas de la tarde un grupo de la Policía Ministerial del Estado llegó hasta la comunidad de Coxolico, enclavada en el corazón de la sierra y perteneciente al municipio de Ajalpan. Los agentes llevaban las órdenes correspondientes para catear domicilios particulares del alcalde Ignacio “Nacho” Salvador quien está en calidad de prófugo desde hace cuatro meses y medio.
Al llegar a Coxolico una turba enardecida salió a rodearlos; pese a que los elementos portaban armas largas y cortas evitaron la opción de abrir fuego; en ese caso decenas de personas habrían perecido.
Los agentes fueron desarmados, amarrados y golpeados por la turba incitada por el presidente auxiliar de la comunidad y por sobrinos de Nacho Salvador.
El asunto estuvo a punto de desbordarse cuando unos sujetos amenazaron con quemar vivos a los agentes. Incluso la versión de un poblador afirmó que ya tenían listos los bidones de gasolina; uno de los instigadores gritó: “Son órdenes del jefe”, refiriéndose a Nacho Salvador.
Coxolico tiene una de las pocas antenas de telefonía celular que hay en la Sierra Negra, esto permitió que uno de los agentes pidiera refuerzos.
La movilización para rescatarlos fue algo nunca visto en la región.
Se desplazaron varios grupos de la Policía Ministerial, Policía Estatal, corporaciones de municipios cercanos, además de efectivos de la Guardia Nacional. La noche del sábado los agentes fueron rescatados; golpeados, pero vivos.
Entonces comenzó la búsqueda de las armas largas y cortas; pero en ese momento aparecieron más sorpresas, porque algunas de las armas estaban en poder del hermano de un presidente municipal de la región.
Es lo que en Cúpula hemos llamado “El Cártel de la Sierra Negra”.
Indiscutiblemente Nacho Salvador es un alcalde que tiene acuerdos y componendas con el crimen organizado; pero no es el único.
Hay otros ediles que están claramente implicados con grupos delictivos, pero hasta el momento no han sido tocados.
Sin embargo los nexos entre políticos y criminales son un material volátil que -tarde o temprano-, habrá de explotar.
Tarde o temprano.
Se espera que la detención de Nacho Salvador sea la puerta que inicie la verdadera pacificación de la Sierra Negra y que uno a uno, esos alcaldes criminales vayan cayendo.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com
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