Desde hace semanas se adelantó que el Ayuntamiento de Claudia Rivera Vivanco estaba cayendo en un terrible subejercicio que ya alcanzó la cifra de mil 262 millones de pesos; cantidad que no ha sido aplicada en los renglones más urgentes de la Angelópolis.
El tema de la Seguridad Pública y el estado de las vialidades son puntos que agobian a los poblanos. Pero mientras eso ocurre la alcaldesa está sentada sobre las arcas municipales que tienen fondos por más de mil millones de pesos, que no aplica a esos rubros urgentes.
Con esa cantidad la presidenta podría pasar a la historia como la gran transformadora. Pero no entiende de administración, de urbanismo, ni de cualquier otra cosa.
De acuerdo al regidor Jacobo Ordaz Moreno, la cifra puede llegar a los 2 mil millones al finalizar el año 2019.
Un nivel de subejercicio nunca visto en la historia.
El problema ocurrirá en 2020. Como el Ayuntamiento no aplicó esos recursos, lo más probable es que venga un recorte en las participaciones para el próximo año.
Todo se debe a que la señora es una completa desconocedora de la administración pública; no tiene ni la más remota idea de qué hacer con más de mil millones de pesos.
Hace mucho que abundamos sobre el perfil de su desgobierno marcado por la frivolidad y la banalidad. Esto es lo que pasa cuando llega una persona sin la educación política, ni la capacitación administrativa a un cargo de semejante relevancia.
Y todavía faltan dos años en los que nadie la tocará. Al tiempo.
Dulcería poblana.
El caso Lastiri amerita una profunda explicación.
No es posible que luego de la tolvanera nacional que se levantó todo quede en un ‘Ya estoy en casa’. Un ciudadano común tiene derecho a la privacidad en cualquier faceta de su vida, pero Juan Carlos Lastiri decidió convertirse en un personaje público y como tal debe dar una respuesta cabal y explícita de los hechos. Su posición de político lo obliga a hacerlo.
Ante la hostilidad contra algunos columnistas hacemos una breve anotación.
Antes de concluir la presente entrega queremos hacer una anotación. En las últimas semanas hemos observado una hostilidad inusual en contra de varios columnistas poblanos. Ricardo Morales y Rodolfo Ruiz son dos comunicadores que han recibido agresivas cartas de réplica, en las que los descalifican y en otras de plano los insultan.
El respeto al Derecho de Réplica es una norma jurídica que debe acatarse de manera escrupulosa y puntual. Pero otra cosa es tener que tolerar agresiones o amenazas.
Cada quien sabe cómo conduce su espacio periodístico, pero en esta Cúpula queremos dejar bien claro que cada de carta de réplica que nos llegue tendrá su debida contrarréplica en primera, segunda y las vueltas que sean necesarias.
A nosotros no nos van a intimidar, ni amedrentar.
Si quieren respuesta en tinta la tendrán. Si quieren que nos veamos en los tribunales, adelante, ahí estaremos para darles respuesta. Y si algún alborotado nos quiere encontrar en la calle, ahí también tendrá contestación.
Nosotros vamos a defender nuestro derecho a la Libertad de Expresión con todos los recursos que tengamos.
A nosotros no nos van a amilanar, como pretenden hacerlo con otros columnistas. Cuando quieran que nos veamos en el
Callejón de los Madrazos estamos a sus órdenes.
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