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Los analistas políticos aún no acaban de dimensionar la magnitud del reclamo social. La gran demanda, el gigantesco clamor de los mexicanos es la seguridad. Pero ni la gestión panista de Felipe Calderón, ni la priista de Peña Nieto entendieron el calado del grito social.

Durante esos sexenios los mandatarios atendieron otros temas. Calderón se dedicó a ensalzar su falsa guerra, mientras que Peña se abocó a las llamadas reformas estructurales.

Pero ninguno de los dos entendió que la exigencia social era superlativa. Por esa razón el PAN quedó en tercer lugar en la elección de 2012 y el PRI cayó a la misma posición en 2018.

Fue descomunal el voto de castigo frente a la delincuencia, los homicidios, las desapariciones, las balaceras, los asaltos en carreteras, la violencia que se encuentra lo mismo en una concurrida calle de la Ciudad de México, que en una colonia popular de Ciudad Juárez o en un antro en Playa del Carmen.

Las escenas son las mismas en Ecatepec, Estado de México, que en Córdoba, Veracruz. Una mañana una joven veinteañera sale de su casa rumbo a la universidad y simplemente desaparece. Su familia no recibe llamadas con amenazas o exigencias. No se trata de un secuestro. Son las más salvajes, bestiales desapariciones. Las fiscalías únicamente reciben las denuncias y las archivan bajo montones de papel. Esos crímenes nunca se investigan. Meses después es muy probable que esas carpetas de investigación se ‘extravíen’.

Federico Mastrogiovanni lo describió de una manera descarnada con la expresión ‘Ni vivos, ni muertos’. Esas familias sobreviven en un dolor inenarrable, indescriptible. No saben si sus seres queridos están vivos o muertos.

Una de las grandes promesas de campaña de López Obrador fue ‘serenar al país’. Una vez instalado en la presidencia, pese a las polémicas partidistas, lo cierto es que el mandatario tuvo todo el apoyo legislativo para construir una fuerza policiaca sin precedente.

La Guardia Nacional concentra los cuadros y las funciones de la Policía Federal, la Marina Armada y la Defensa Nacional. Se trata de todas las fuerzas armadas del país concentradas en un gran frente.

Pero la burocracia parece someter y maniatar al coloso. A siete meses de gestión no existe indicio alguno de que la violencia pueda contenerse o frenarse.

El discurso oficial señala que aún están en espera de las leyes reglamentarias. El corpulento organismo está sentado mientras le dan luz verde para comenzar a pelear contra el crimen organizado.

Mientras tanto los índices de violencia y criminalidad siguen creciendo a niveles históricos, a extremos sólo vistos en los momentos más crudos de la ‘guerra de Calderón’.

Tal y como sucedió en el sexenio del panista y del priista Peña, en este momento el grito nacional exige un alto a la violencia. Pero como en aquellos 12 años, en los siete meses que lleva el sexenio lopezobradorista no vemos indicios de que la guerra se contenga.

Es evidente que si la principal promesa del tabasqueño no se consuma, todas las demás medidas serán insuficientes para sostener el régimen de izquierda que encabeza.

Si la violencia no se contiene, tal y como lo prometió, en las elecciones intermedias de 2021 habrá un enorme voto de castigo y en 2024 las posibilidades de Morena se verán drásticamente disminuidas.

El asunto llega al punto de convertirse en un parteaguas. Aquí lo que está en juego va más allá del 2024. Esto no se trata solamente de una elección presidencial, sino del futuro del país y el perfil de los próximos sexenios.

AMLO ofrece una alternativa nacionalista frente al entreguismo neoliberal; una postura de defensa de la soberanía frente al sometimiento de otros gobiernos. Pero si su modelo de seguridad interior no funciona, todas sus tesis nacionalistas serán palabras huecas para los grandes sectores sociales.

Lo vamos a expresar con toda crudeza: si no logra pacificar al país, para las víctimas de la violencia en Estado de México, Veracruz o Michoacán no habrá diferencia entre Calderón, Peña Nieto o López Obrador. Para miles y miles de mexicanos serán exactamente lo mismo.

Si no se contiene la violencia que azota a México el futuro de la izquierda quedará cancelado e inexorablemente en 2024 volverá algún gobierno neoliberal. Y evidentemente el PAN lleva ventaja sobre el desahuciado PRI.

Al tiempo.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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