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El 2024 ya arrancó. Toda la confrontación que desata la derecha no busca destituir o destronar la presidencia de AMLO. Lo que en realidad pretenden es detener la consumación de la 4T, la Cuarta Transformación; es decir impedir que la política lopezobradorista pueda avanzar más allá del presente sexenio.

Para la élite empresarial representada por Claudio X. González Guajardo y Gustavo de Hoyos Walther, el terror es que ésta política de izquierda se prolongue más allá del 2024. Para esa oligarquía el sexenio de Andrés Manuel puede ser un bache tortuoso, pero nada más; la verdadera pesadilla es que el fenómeno se repita durante futuros sexenios. 

La desesperación de la derecha mexicana está ahí a la vista de todos en las redes sociales de los expresidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón. Aunque como lo hemos apuntado su labor es vana y estéril, habida cuenta de su descrédito histórico.

En días recientes los asesores del ejecutivo encontraron mecanismos para menoscabar aún más la raquítica imagen de ambos críticos. Fox tiene adeudos con el fisco y Calderón fue un peón de la CIA. 

Ambos carecen de liderazgo social; son terriblemente repudiados; no tienen el mínimo arrastre y para prueba están los atropellados intentos de Calderón por construir ‘México Libre’ su partido político familiar, en el que cada intento de asamblea es un fracaso. 

El otro lado de la moneda es que mientras la derecha a través de sus personeros empresariales y políticos están fallando de manera monumental, la violencia está lesionando de manera acelerada la popularidad presidencial.

Los datos fríos son demoledores; en el primer semestre de 2019 se registraron 17 mil 138 homicidios dolosos; junio fue el mes más violento en la historia del México de las instituciones.

Este efecto devastador y sobre el que hemos abundado en numerosas ocasiones está presente en los restaurantes de Playa del Carmen, en los camiones de transporte público de Ecatepec, en las calles de Zapopan o los centros comerciales de Ciudad Victoria. No hay punto del país que se salve. La catástrofe es general, total y absoluta.

Y ante esto vemos a un burócrata de poca monta, un personaje gris, carente de fuerza, que ni remotamente tiene el perfil de un policía para tiempos de guerra.

En la novela ‘El Padrino’ de Mario Puzo, Michael Corleone llama a Tom Hagen el abogado de la familia y le informa que ya no será el consejero; le dice: ‘No eres un Consiglieri de guerra’. De ninguna manera era el hombre para apoyar a la familia en la carnicería que estaba por desatarse.

Así de la misma forma Alfonso Durazo Montaño es el hombre menos indicado para conducir las riendas de la Secretaría de Seguridad Publica en los tiempos más violentos del México contemporáneo. Su remoción debe ser considerada como un urgente tema de Estado. 

En esta Cúpula hemos sido muy firmes sobre nuestra postura. Ni Santa Lucía, ni Dos Bocas y mucho menos el Tren Maya son temas prioritarios. Lo verdaderamente apremiante es la Seguridad Interior.

Lo que todos los personeros de la derecha no han podido, lo están logrando las balas: menguar la imagen de López Obrador.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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