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Generoso lector, desde siempre Cúpula aborda temas políticos; pero por el momento el escenario está en una pausa; el PAN ya designó a Eduardo Rivera Pérez y en Morena sigue el jaloneo entre Claudia Rivera Vivanco (y padrino que le asesora) en contra de Gabriel Biestro. La disputa continuará hasta principios de abril y quien resulte ungido quedará severamente raspado.

Por esta ocasión le pedimos que nos permita sustraernos a la política y narrar un suceso que nadie más habrá de abordar. Ya verán por qué razón. Esta entrega trata sobre un bebé, un infante recién nacido, pero nos permitimos hacerla con copia al Fiscal General.

Doctor Gilberto Higuera Bernal, espero no distraerlo de sus ocupaciones, pero en esta ocasión le narraré el pasaje de una novela contemporánea. En ‘El Padrino’ de Mario Puzo hay un episodio singular que retrata un hecho que aún los gatilleros más crueles no quieren mencionar.

El personaje de Michael Corleone ha escuchado algunos rumores. Se menciona que el pistolero Luca Brasi -brazo ejecutor de Vito Corleone-, cometió un crimen del que nadie quiere hablar. Todos callan ante aquel incidente que quisieran olvidar, pero que siempre está presente.

Años después Michael conoce la verdad. Luca Brasi tenía una amante con la que procreó un hijo, pero al nacer dio la orden de que la criatura fuera arrojada a una caldera. Aun en ese ambiente de asesinos de distintos niveles, jefes, consiglieri, caporegimes y soldados, el homicidio de un recién nacido era algo indecible, inenarrable.

El pasaje viene a cuenta por un hecho que ocurrió en Tehuacán, Puebla, la tarde del domingo 7 de febrero. Vecinos de la calle 32 Norte se percataron de que el cuerpo de un bebé, recién nacido, había sido arrojado a un contenedor de basura.

En las murmuraciones y cuchicheos vecinales se aseguró que una pareja, una mujer y hombre, habían llegado en un automóvil y arrojaron el cuerpo en el depósito.

Luego del hallazgo se dio todo el espectáculo, el ‘show’ que se observa en esos sucesos.

Policías municipales y estatales arribaron al punto para acordonar el área; por un momento elementos de la Guardia Nacional pasaron para apoyar la movilización; ambulancias y paramédicos hicieron acto de presencia; más tarde llegaron los funcionarios de la fiscalía a realizar el levantamiento de cadáver. Luego de un par de horas la calle quedó desolada.

Tres días después, el 10 de febrero, trascendió la detención del sujeto que habría arrojado el cuerpo de la criatura al contenedor. Se mencionó que era el progenitor y que es un instructor de tenis. Pero pasadas 48 horas el detenido fue liberado.

Como en el crimen que narra la novela ‘El Padrino’, es algo de lo que nadie quiere hablar.

Hasta el momento nada se puede confirmar porque las indagatorias están completamente detenidas. La policía ministerial ya no ha movido un dedo.

Doctor Higuera Bernal, las evidencias arrojan que estamos ante un homicidio.

Si fuera un parto con complicaciones, una tragedia involuntaria, los progenitores hubieran dado la cara; tal vez habrían llamado una ambulancia. Pero no hubiesen tirado el cuerpo a un contenedor de basura.

Esta es una entrega en memoria de una criatura que murió. Y nadie más hablará por ese bebé.

Cuando un hombre es asesinado, su viuda exige que el crimen se esclarezca; cuando una joven desaparece, la madre clama por su localización. En este caso nadie hablará por ese recién nacido.

Creemos que se trata de un caso que usted debe conocer, Fiscal General.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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