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La pregunta es inevitable: ¿Y dónde esta el grupo que apoyaba a Saúl Huerta?

La noche del miércoles 21 de abril trascendió la detención del diputado federal Benjamín Saúl Huerta Corona. En la entrega de Cúpula del día 22 apuntamos: “La crisis apenas está iniciando; las consecuencias todavía no se pueden dimensionar”.

Todo anticipaba un sismo político, pero lo que estamos viendo es un terremoto.

Las acusaciones contra Saúl Huerta van en escalada; el tema llegará irremediablemente al desafuero y formal proceso penal. De hecho el primer morenista del país ya dio su visto bueno para que proceda el aparato de justicia.

El movimiento telúrico es tan fuerte que se siente en las conferencias mañaneras del presidente López Obrador y en el escritorio de la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, quien ha mostrado la plena intención de avanzar en el proceso penal respectivo.

En horas recientes Mario Delgado urgió a la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena a “suspender los derechos políticos” del todavía diputado; lo que procede es la expulsión del partido para que se inicie el proceso de desafuero.

Al margen de las posturas políticas, en Puebla aparecen versiones de otros casos de abuso por parte del legislador. Con el rigor y la formalidad que le caracterizan el Fiscal General Higuera Bernal llevará las investigaciones hasta sus últimas consecuencias.

La caída de Huerta es una línea vertical.

Pero en estos momentos conviene preguntarse ¿Dónde esta el grupo político que auspició y protegió a Saúl?

Nos referimos a los mismos que lo colocaron en la lista de candidatos en 2018 y ahora impulsaron su reelección.

Aseguran los allegados a Huerta que en más de una ocasión comentó que en un futuro sexenio sería Secretario de Educación Pública. Era la cartera que le interesaba; seguramente para recorrer las secundarias de toda la entidad.

¿Se imagina el lector si en unos días aparecen audios que revelen la cercanía, la familiaridad con la que Saúl hablaba con Claudia Rivera y con otros de sus padrinos?

Ese sería un segundo sismo.

Por eso los protectores de Huerta Corona desaparecieron de la escena.

Entre esos benefactores está la alcaldesa Rivera Vivanco quien después de horas de fuerte presión se vio obligada a publicar un tuit que revela su renuencia a involucrarse. Evidentemente se inspiró en Poncio Pilatos para escribir: “Ni toleramos, ni condenamos”. Es todo lo que dijo ante la enorme presión social sobre su persona.

Porque Claudia es parte del grupo que siempre cobijó a Huerta Corona.

Si la caída de Saúl es un terremoto, las secuelas electorales serán un tsunami, un fuerte oleaje que causará graves daños colaterales. Olas de 5 metros de altura golpearán la escuálida, la enclenque campaña de Rivera Vivanco.

El terremoto continúa sacudiendo a Morena; después seguirá la expulsión del partido para dar paso al desafuero. Como el delito denunciado ocurrió en la Ciudad de México el proceso penal será conducido por la fiscalía capitalina. Faltan semanas y meses tortuosos.

En ese proceso inevitable, inexorablemente Saúl arrastrará a su amiga Claudia.

Al tiempo.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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