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Cúpula / Xóchitl versus Claudia: la pasión frente al sosiego.

martes 9 abril de 2024 / Queda claro que toda actividad profesional requiere de la experiencia que solo dan los años.

Aunque el aspecto técnico pueda parecer secundario o superfluo, la realidad es que se trata de una faceta fundamental al momento de transmitir un debate presidencial.

Las fallas técnicas visibles y otras que no se transmitieron, mostraron que las autoridades del INE pueden tener cierto conocimiento del Derecho Electoral, pero conducir un evento de semejante magnitud va mucho más allá.

Las fallas elementales en los relojes; la queja de los periodistas de que no había conexión a internet en la sala de prensa; los evidentes tropiezos mostraron que un debate presidencial es un tema en extremo complejo.

Es un evento que se realiza cada seis años pero demanda profesionales de toda una vida.

El primer debate será referencia para subsanar en lo sucesivo todos los errores técnicos.

Ahora sobre el intercambio de argumentos es evidente que Xóchitl Gálvez es un ser eminentemente emocional; es pura pasión; se conduce en base a impulsos.

Ya habíamos visto estos rasgos de personalidad, pero en el debate quedó de manifiesto que es pura efervescencia.

Sus tropiezos se debieron precisamente a eso; a que por momentos no podía conectar el discurso con toda la emocionalidad que carga.

Por su parte Claudia Sheinbaum es la expresión del sosiego y la serenidad.

Es efectivamente una mujer extremadamente fría. Aún en momentos críticos nunca perdió la compostura.

Siempre respondió a cada uno de los embates con equilibrio y quedó de manifiesto que es dueña de su propia narrativa.

Las mediciones de la conversación digital muestran que el apasionamiento y emocionalidad de Xóchitl le valieron puntos favorables.

En diferentes plataformas informativas quedó demostrado que la candidata de la oposición gana las mediciones digitales precisamente por ese carácter altamente sensible.

“En contrario sensu” Sheinbaum se revela como una mujer de perfil inmutable.

Habló más sobre sus reconocimientos y funciones en el gobierno de la Ciudad de México que en torno a sus planteamientos y propuestas a futuro.

Es decir, veremos las mismas recetas ya aplicadas en la gran urbe, pero ahora dirigidas a la esfera nacional.

Tanto en salud, educación, acciones de género, grupos vulnerables, entre otros puntos que se abordaron

La gran pregunta es ¿el debate modificó la percepción social y las tendencias electorales?

La respuesta es por supuesto que sí.

Es evidente que los simpatizantes de Xóchitl aumentaron en número o reforzaron su afinidad.

Sin embargo los puntos aún son insuficientes.

Es tan grande la ola de Morena, la hegemonía y supremacía del partido lopezobradorista que ninguna polémica va a trastocar su posicionamiento nacional.

Empero si hay sectores sociales que cambiarán su apreciación.

Aún faltan dos debates presidenciales.

Las tendencias indican que la gran zanja entre las candidatas se irá cerrando; los números abismales darán paso a márgenes más cortos, sobre todo en algunas zonas del país.

El efecto Xóchitl tendrá especial resonancia en puntos como la Ciudad de México o el estado de Veracruz.

En algunas entidades de la República es evidente que la ola de Morena ya llegó a su techo límite; ya no puede avanzar más y va en franco retroceso.

Ahí es donde la efervescencia de Gálvez tendrá un especial eco.

Al tiempo.

cupula99@yahoo.com


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