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A estas alturas del partido los análisis deben centrarse en la personalidad, las motivaciones y los ejes del inminente gobierno de Miguel Barbosa Huerta.

Tratar de seguir en la puja electoral ya es parte de la parafernalia, de un espectáculo propio del morbo.

El economista Enrique Cárdenas Sánchez no solo perderá la contienda, sino también el prestigio que tuvo. Hoy está señalado por un patrimonio poco transparente; por sus oscuros nexos con los recursos de ‘La Estafa Maestra’; por su insistencia en mantener una beca que debería estar en manos de un joven; por defraudación fiscal, entre otras acusaciones.

Cárdenas ha sido inmolado en la plaza pública y esto no se detendrá hasta la mañana del domingo 2 de junio. Ese día sus adversarios habrán de soltar a la presa y entonces será el turno de los morenogalistas.

Toda la maquinaria, el llamado ‘ejército electoral’, las tropas albiazules permanecerán en pantuflas y se quedarán en casa viendo la televisión.

Aquel aparato que vimos en 2010 desplegando sus tropas en favor de Moreno Valle; que en 2016 apuntalaron el carisma de Tony Gali Fayad y que en 2018 salieron a defender a Martha Erika Alonso, ahora simplemente no van a mover un dedo.

El panismo poblano por sí solo no tiene una maquinaria electoral. Ese era un vehículo que perteneció al morenogalismo. Pero hoy ante las ofensivas circunstancias y los agravios optaron por la ruta de la dignidad y no van a operar en favor de Cárdenas. El deceso político del académico es cuestión de horas.

En este momento el eje central de los análisis debe centrarse en la personalidad, las motivaciones y los ejes que tendrá el gobierno de Miguel Barbosa Huerta.

Sobre ese escenario haremos algunos apuntes.

Primero.- Sin duda el punto medular de la administración barbosista será construir una gran zanja que lo separe, lo aleje y distinga de todo aquello que representó el morenovallismo.

Cada día de su gestión Miguel hará todo lo posible para diferenciarse del sexenio de Rafael. Evitará –hasta donde sea posible-, los enfrentamientos, las confrontaciones y no habrá lugar para las vendettas.

Segundo.- Lo más probable es que la próxima gestión sea muy parecida al sexenio de Melquiades Morales Flores, donde la sensibilidad y el trato social fueron el punto neurálgico.

Habrá días en que el mandatario se dedique únicamente a recibir comisiones de municipios de las Sierras Norte, Nororiental y Negra. Pobladores podrán asistir a audiencias donde serán escuchados directamente por el ejecutivo estatal. Sus críticos acusarán ‘Barbosa se da baños de pueblo’, pero la realidad es que esa es su personalidad y naturaleza.

Tercero.- De igual manera es muy probable que construya una nueva oficina responsable de la transparencia para hacer públicas licitaciones, concursos, adquisiciones.

Por todos los medios tratará de romper con la opacidad del pasado.

Cuarto.- La mayor parte de su vida Miguel Barbosa la dedicó a litigar. Conoce a profundidad los callejones y hasta las alcantarillas de la Fiscalía, antes Procuraduría, pero sobre todo conoce las entrañas del Tribunal Superior de Justicia.

Para él es impensable que el aparato de justicia sufra el desdén y el desprecio que padeció durante los últimos años, por lo que habrá un impulso sin precedente, sin parangón para inyectar recursos humanos y financieros al área.

Quinto.- Barbosa no es un hombre visceral o vengativo, pero tampoco es un santo compasivo.

Es claro que el próximo ejecutivo no caerá en actitudes rencorosas o llenas de resentimiento. Sin embargo tampoco olvidará a aquellos que lo denostaron e insultaron.

Pero sobre todo no perdonará a quienes lo traicionaron. El próximo gobernador sabe perfectamente que figuras a quienes él impulso, como la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco o el edil de Tehuacán Felipe Patjane Martínez, a la primera oportunidad corrieron a arrodillarse ante Martha Erika Alonso.

En medio del más acre y crudo litigio poselectoral que haya visto Puebla, esos personajes le dieron la espalda a su benefactor; nunca mostraron una verdadera y auténtica lealtad. Por encima de las circunstancias de vez en cuando se aparecían, pero por debajo de la mesa se postraban ante la finada candidata.

Las traiciones y deslealtades no terminaron en 2018, se prolongaron durante 2019 cuando la misma Rivera y Patjane hicieron acuerdos con Alejandro Armenta Mier.

No deben confundirse dos facetas de una misma personalidad. Barbosa de ninguna manera es un sujeto visceral y resentido que tenga la venganza como hábito. Pero tampoco olvidará a aquellos a quienes levantó de la nada, les dio la gran oportunidad de sus vidas y luego lo traicionaron.

A la alcaldesa de Puebla y al edil de Tehuacán simplemente les va a aplicar la ley con toda la frialdad posible.

Al tiempo.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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