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Uno de los grandes debates nacionales se ha centrado en la figura de Manuel Bartlett Díaz y su patrimonio.

Pero durante décadas el viejo político ha mostrado una enorme facilidad para deslindarse de toda clase de acusaciones, incluyendo las que lo señalaron por el asesinato del periodista Manuel Buendía Tellezgirón.

Así como hace décadas se desligó de José Antonio Zorrilla Pérez, luego lo hizo con Mario Marín Torres y hasta de Jorge Estefan Chidiac. Durante años se ha presentado asimismo como ‘incorruptible e inmaculado’.

Ante medios nacionales, en plenas ‘mañaneras’ ha mostrado su verdadero rostro: cínico, mitómano, siempre proclive al autoelogio y la alabanza a su persona. El exgobernador de Puebla y titular de la Comisión Federal de Electricidad se niega a aceptar su patrimonio inmobiliario y en un acto propio de una parodia niega hasta a su concubina.

Hasta el momento el manto presidencial lo ha cobijado, pero no será por mucho tiempo. El desgaste que representa sostenerlo en el gobierno federal es demasiado alto. El mandatario se niega a aceptar la pesada carga que representa.

Pero los adversarios de López Obrador saben que Bartlett siempre será la figura más vulnerable y no cesarán en sus intentos por derribarlo. Tarde o temprano lo lograrán.

Ni siquiera la redención presidencial podrá lograr una exoneración que es imposible.

Su pasado lo alcanzará. Sobre todo los servicios que prestó al priismo desde la Dirección Federal de Seguridad (DFS) serán la gota que derrame el vaso. Tarde o temprano su pasado será su lápida.

Al tiempo.

Dulcería poblana.

Bolardos: otro sucio negocio de Claudia Rivera.

Como en tantas polémicas desatadas por la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco el tema de los bolardos vuelve a unir a los poblanos, pero en su contra. En realidad el tema de fondo es la corrupción. Hasta el momento ni la edil, ni la Secretaria de Movilidad Alejandra Rubio Acle han aclarado cuál es la empresa responsable y cuál es el monto de inversión. Estamos ante otra opacidad.

Los privilegios a los ambulantes también son otro acto de corrupción.

Como nunca antes los ambulantes recibieron privilegios en diciembre y tal parece que esas preferencias seguirán durante 2020. Frente a esto la señora Rivera nunca ha aclarado cuánto paga cada uno de los vendedores a la semana; jamás se han transparentado esos cobros y mucho menos se ha mostrado su formal ingreso a las arcas municipales. Es un negocio bajo la mesa.

Subejercicio municipal llegó a los mil 305 millones de pesos.

La ausencia de una debida preparación académica de la presidenta provocó que el Ayuntamiento de Puebla llegara a un nivel de subejercicio nunca antes visto en la historia local. La cifra es de mil 305 millones de pesos que están en bancos, pero Claudia no sabe qué hacer con ellos. Ante el desastre administrativo los regidores se opusieron a aprobar los estados financieros de diciembre de 2019. Este es el principio del fin de Claudia.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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