Mientras enviaba esta entrega de Cúpula a DIARIO CAMBIO aún no iniciaban los noticieros nacionales. Pero es evidente que darán amplio tratamiento al linchamiento en San Nicolás Buenos Aires, sobre todo por las dramáticas imágenes que muestran los hechos.
Pero si buscamos un común denominador en los linchamientos de los hermanos Copado Molina en Ajalpan, del presunto ladrón en Huixcolotla o del trabajador de una empresa de cable en Tlacotepec de Benito Juárez, todos los casos muestran a autoridades municipales profundamente incompetentes.
Los presidentes municipales de esos lugares han mostrado una incapacidad total frente a las turbas que se encienden. En algunos casos, no solo han evitado intervenir, sino que incluso corren a esconderse, como fue el caso de Gustavo Lara Torres, edil de Ajalpan cuando ocurrió el linchamiento de los dos encuestadores que fueron confundidos con “secuestradores”.
En todos esos casos los munícipes han sido incapaces de dialogar y mucho menos de contener a las muchedumbres.
Estamos ante otra expresión de gobiernos municipales débiles, que ejercen funciones de espaldas a su pueblo; que no representan autoridad moral alguna en sus comunidades.
Algunos ediles prefieren ocultarse sabedores de que ellos mismos -en medio de los ánimos encendidos-, pueden ser víctima de un linchamiento.
Ayuntamientos débiles crean malas relaciones con sus habitantes. El hartazgo social está presente en cada uno de esos estallidos que derivan en salvajes asesinatos.
Y la mayoría de los presidentes municipales de esas comunidades abonaron para crear ese ánimo de fastidio colectivo.
Miscelánea poblana.
Altepexi: otro tema de autoridades coludidas con narcomenudistas.
Nacho Salvador, alcalde de Ajalpan y quien desde su escondite sigue manejando el Cabildo, tuvo que huir luego de que se demostraron sus nexos con grupos de la delincuencia organizada; mismas células que aún hoy, en su exilio, lo siguen cobijando y protegiendo.
Pero en Cúpula siempre hemos subrayado que no es un caso aislado y que en los últimos años diferentes presidentes cohabitaron con el crimen y permitieron que sus municipios se inundaran de huachicol, enervantes y mercancía robada en las carreteras de Puebla.
Sin pudor y sin rubor algunos alcaldes tuvieron en sus Ayuntamientos a verdaderos delincuentes. Volvemos a citar a Gustavo Lara Torres, quien tuvo como Regidor de Gobernación a Joel González García, alias “El Coyote”, líder de una banda de asaltantes y huachicoleros.
Las escenas son verdaderamente terribles; pequeños municipios muestran a cientos de jóvenes que ya son adictos al cristal, la droga que está invadiendo a estas generaciones.
En días recientes se publicaron las historias de lo que ocurre en el municipio de Altepexi donde el Regidor de Gobernación Carlos Zeferino González y su Coordinador de Seguridad Pública Eleuterio Robles Gabriel son señalados por proteger a bandas de narcomenudistas.
Todo ante la mirada complaciente del presidente Pablo Desiderio Miguel.
El contexto social de Altepexi es en extremo desolador y preocupante. Es uno de los municipios con los índices más altos de alcoholismo y en los últimos años ha proliferado la venta de narcóticos.
Al parecer la Fiscalía General del Estado (FGE) ya investiga a los funcionarios municipales. Ojalá avancen esas investigaciones antes de que continúen envenenando a la juventud.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com
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