México está rebasando los escenarios más escabrosos. Aún los análisis pesimistas auguraban cifras de contagio que están por debajo de los que estamos presenciando. La realidad superó a los pronósticos.
Ciudades como Puebla, Monterrey, Acapulco son el ejemplo palpable de la inconsciencia social. Los grandes sectores no hicieron caso de los contradictorios llamados del gobierno federal y mucho menos a las voces de comunicadores.
El escepticismo y la incredulidad son las nuevas máscaras de la ignorancia nacional.
Históricamente la sociedad mexicana siempre mostró grandes y abismales diferencias. Al lado de la élite novohispana el pueblo fue oprimido durante 300 años de Colonia. La Independencia fue un gran movimiento político, pero en nada modificó la opresión y la desigualdad; simplemente cambiaron los tiranos.
Durante el porfiriato los excesos de la cúpula hacendada detonaron una revolución, que solo desató una mayor anarquía. Tuvo que llegar un nuevo régimen que le dio décadas de estabilidad al país, pero la pobreza y la marginación siguieron vigentes.
Ni una guerra de Independencia, ni la Revolución pudieron modificar los hábitos socioculturales que alimentan las desigualdades.
Hoy, a principios del siglo XXI México tiene élites financieras, académicas e intelectuales que contrastan de manera drástica con un pueblo sumergido en la pobreza, la marginación y la ignorancia.
Porque las diferencias no solo son socioeconómicas, también son culturales y de educación.
México tiene una sociedad terriblemente ignorante; sectores que ni siquiera leen periódicos, ni revistas, mucho menos libros.
Si durante años se repitió la frase “Televisa te idiotiza”, hoy las redes sociales están haciendo esa función: enajenar, abstraer y fanatizar a la sociedad con pequeños gráficos.
Vivimos la “cultura del meme”.
La cultura visual que en otros tiempos fueron las caricaturas de El Hijo del Ahuizote, las ilustraciones de José Guadalupe Posada y más adelante Los Supermachos y los Agachados de Rius, vinieron a ser sustituidos por los “memes”.
Hoy grandes sectores de la sociedad mexicana entienden y asimilan la realidad a través de esos gráficos que buscan sintetizar una parte del acontecer.
El grave problema es que los grandes sectores solo se quedan con eso. No abren una liga web, no buscan información, no indagan.
Son millones de mexicanos que la única información que reciben son los “memes” que ven en Facebook y reenvían por Whats App
Y aquí tenemos las consecuencias, el desastre, el pandemónium viral. Una sociedad ignorante, desinformada, frivolizada por la subutilización de las nuevas tecnologías es la misma que asegura no creer en el Covid-19.
Esa ignorancia, aunada a un gobierno federal que desde hace meses envía cataratas de mensajes contradictorios y desplantes irresponsables, está causando una catástrofe.
En México estamos muy lejos de aquel discurso del presidente de España Pedro Sánchez cuando afirmó en red nacional: “Lo peor está por venir”.
O cuando el mandatario francés Emmanuel Macron señaló: “Estamos en estado de guerra… ordeno requisar hoteles y taxis, porque no tenemos suficientes hospitales, ni ambulancias”.
Estadistas como Merkel que protegieron a su nación del mayor desastre de salud en la historia de la humanidad.
En nuestro país estamos ante una irresponsabilidad histórica. La sociedad nunca entendió y el gobierno federal tampoco.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com
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