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Si hoy se permite que la industria del huachicol siga creciendo, el día de mañana se van a extender
a otras áreas y ramas. El crimen organizado es como un ‘holding’ empresarial; se diseminarán a la
extorsión, el cobro de piso, el secuestro, la trata de personas, el narcomenudeo, la piratería, hasta
llegar a extremos inconcebibles, como sucede en Tamaulipas o Veracruz donde su control es
absoluto.

Estas líneas las publicamos el pasado 11 de mayo. Los hechos ocurridos en Huehuetlán el grande y
en el municipio de Cuautinchan, comunidades de la zona de Tepeaca, nos vienen a dar la razón.

La masacre en Huehuetlán refleja el alto grado de violencia que han alcanzado los huachicárteles
poblanos. Ahora se habla de un nuevo líder criminal: Pedro Martínez Gómez alias "El Cuije", un
sujeto que porta armas de alto poder como AK-47, además de granadas de fragmentación y que
no solo mueve grandes cantidades de huachicol, sino que también incursiona en el cobro de
“cuotas” por “derecho de piso”.

Tal y como hacen los Zetas en mercados de Coatzacoalcos o Poza Rica, Veracruz; de la misma
manera en que opera la Familia Michoacana en Ecatepec o Naucalpan, Estado de México.

La extorsión es muy simple. Elaboran una lista de acuerdo a giros o actividades económicas: bares,
antros, comerciantes abarroteros, médicos, constructores, vaya hasta pequeñas estéticas. Y en
base a esa lista todos deben pagar una cuota semanal o mensual. Aquel que se niegue es
asesinado, como un ejemplo para que todos los demás entiendan las consecuencias.

Es la expresión bestial del estado fallido mexicano. Y lo mismo ocurre desde Tijuana, hasta Playa
del Carmen ante un desgobierno federal ausente, omiso, indolente, indiferente.

Esto ya comenzó a suceder en territorio poblano. Y las primeras víctimas fueron calcinadas como
quedó demostrado en una imagen espeluznante de la Puebla violenta que estamos presenciando.

También hay que decirlo, el gobernador Antonio Gali Fayad no ha escondido la cabeza y reconoce
abiertamente la gravedad de la crisis. Sin embargo pese al sentido y sensible discurso del ejecutivo
estatal es claro que la violencia no está disminuyendo; al contrario, la realidad es que esta
creciendo.

Simplemente no cede.

Meztli: el crimen que coloca a Carránca en el límite.

Estamos ante una ejecución que sacude, que estremece a Puebla. Las lecturas son varias.

1.- En primer lugar el crimen de Meztli Sarabia no será enterrado en el olvido. Su gente jamás
permitirá que los hechos se desdibujen y se extravíen en el tiempo. De ninguna manera pasará lo
que con aquellos empresarios que una noche se “conmocionaron”, pero luego se olvidaron de
Toño Haces D´Artigues. Tampoco será como esa comunidad universitaria que luego de una
semana soslayó el homicidio de Óscar Samuel Malpica Uribe.

No, para nada. El crimen de Meztli será permanentemente recordado como el gran agravio a una
organización combativa.

2.- Los ‘Rafafóbicos’, la crítica antimorenovallista acusa que se trata de un crimen de estado, un
asesinato político. La acusación es tan burda que no tiene lógica, ni sentido; carece de sensatez y
destila encono.

El exgobernador Moreno Valle ejerció una función tirante, ríspida, acre; pero de ninguna manera
fue una gestión criminal. Los hechos en Chalchihuapan fueron accidentales. Nunca existió la
consigna o el dolo de causar de manera premeditada un deceso. Y en todo el estado no puede
acusarse que el gobierno de Rafael haya sido el autor intelectual de algún crimen político.
Simplemente no es su línea, no es su forma de operar. Nunca lo haría y mucho menos en este
momento en que se encuentra en medio de la carrera presidencial.

3.- La línea de investigación que apunta a una puja interna. El día de ayer nuestro director Arturo
Rueda señaló que la principal línea de investigación apunta a una pugna interna, un choque en el
corazón de la misma UPV28. Ante la enfermedad de Simitrio grupos de la misma organización ya
pelean por un control que sea ajeno a la familia Sarabia.

4.- En nuestra opinión estamos ante una ejecución perpetrada por el crimen organizado. Como
apuntamos al inicio de esta entrega los huachicárteles se están expandiendo. Buscarán el control
de mercados, de tianguis, de organizaciones transportistas, de giros negros como bares y ‘tables’.
Así operan, esa es su genética criminal.

5.- En este momento de especulaciones cada quien tiene su teoría. Pero la única realidad es que
este crimen coloca al fiscal Carrancá Bourget en una situación límite. Si logra un contundente,
claro y riguroso esclarecimiento de los hechos saldrá bien librado.

Pero la incompetencia de la fiscalía es una constante desde Xicotepec de Juárez hasta Chiautla de
Tapia. Las carpetas de investigación sobre decenas y decenas de feminicidios no presentan avance
alguno. La peor época de la justicia poblana se da precisamente con Carrancá, quien ni es poblano,
ni le interesa Puebla; para él igual que para Diódoro Carrasco esta es una chamba bien pagada y
nada más.

Con toda facilidad dejaría que el crimen que segó la vida de Meztli permanezca en el olvido
ministerial.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.


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