La investigación se ha convertido en una auténtica arena movediza. Con cada palabra y cada declaración el Secretario de Comunicaciones y Transportes Javier Jiménez Espriú se hunde un poco más.
De acuerdo a las pruebas técnicas no existen indicios de un sabotaje al helicóptero Agusta XE-BON, pero tampoco han encontrado la probable falla o defecto mecánico. Es decir, la hipótesis del accidente es tan endeble como la del atentado.
El problema es que cada mes que pasa se aleja la posibilidad de un peritaje serio, formal y se agudiza la percepción de que el matrimonio Moreno Valle Alonso fue objeto de un sofisticado ataque tecnológico.
Otro aspecto a recalcar es que únicamente levantan la voz los panistas de la esfera nacional, porque los morenovallistas locales paulatinamente van haciendo mutis. Sobre todo después del trascendido de que Eukid Castañón Herrera y Roberto Moya Clemente son investigados por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). Debe subrayarse que hasta el cierre de esta columna ninguno de los aludidos ha salido a ofrecer una declaración.
Lo cierto es que por la salud política de Puebla se debe presentar un peritaje sólido, firmemente sustentado en organismos internacionales. De lo contrario la sombra de una investigación opaca será una pesada carga para la administración federal.
Ya suficiente daño hicieron las declaraciones apresuradas y torpes de Alfonso Durazo Montaño, quien cada vez que abre la boca únicamente causa problemas a su jefe, el presidente de la República.
Ojalá Jiménez Espriú sepa conducir mejor su proceder frente a esta espinosa y delicada investigación que hasta el momento permanece en el limbo.
Dulcería poblana.
Violentas asambleas de Morena reflejan vacío de autoridad.
Mutuas acusaciones se cruzan por todos los frentes. El diputado Gabriel Biestro solamente ‘lamenta la violencia’. Tropas morenistas acusan la injerencia de Rodrigo Abdalá Dartigues, Argelia Arriaga García (suplente de Claudia Rivera) y del diputado federal Alejandro Carvajal en los álgidos hechos registrados. Queda claro que en Morena Puebla no hay autoridad. Ya tienen que cargar con la rémora, el lastre de los presidentes municipales emanados de su partido, para ahora agregar el desastre interno. Ya veremos las condiciones lastimosas en que llegarán a las elecciones intermedias de 2021.
Los armentistas del clan Rivera toman posiciones.
Eloísa Vivanco Esquide y David Rivera Vivanco, madre y hermano de la presidenta de Puebla Claudia Rivera, fueron elegidos como consejeros de Morena. Esta inclusión debe entenderse como el arribo de dos adeptos de Alejandro Armenta Mier que trabajan rumbo a la elección de 2024. Ni son morenistas, ni mucho menos barbosistas. Ellos van para servir a su verdadero jefe político.
Genoveva Huerta: con todas las mañas vengativas del morenovallismo.
Genoveva Huerta Villegas repite las mañas vengativas del morenovallismo. Fiel a su genética política utiliza el revanchismo y la presión como una forma de conducir al albiazul. El caso emblemático es Tehuacán donde el proceso internó lo ganó Fabián Correa, pero ahora la dirigente estatal tiene todas las intenciones de bloquearlo y obstaculizarlo. Muy lamentable.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com
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