Seleccionar página

La encuesta publicada por el diario El Universal es la primera de siete que habrán de ratificar la amplia ventaja que tiene Miguel Barbosa Huerta sobre sus adversarios internos y externos.

En días y semanas por venir quedará demostrado que Alejandro Armenta no tiene oportunidad en este proceso, dado que incluso Nancy de la Sierra tiene mejores números, tanto en conocimiento como en índice de intención de voto.

La postura del hijo preclaro de Acatzingo no tiene razón, ni fundamento. En la base electoral su fuerza real es inexistente. Ganó la senaduría porque iba montado sobre el carruaje de Morena. Y en la esfera nacional, su padrino, el caballo desbocado, Ricardo Monreal no tiene capacidad de decisión sobre el partido.

Todo fue un efímero espectáculo mediático; breve y fugaz. En el transcurso de los próximos días los armentistas se irán diluyendo, apagando. Harán un mutis escénico para después tratar de reconciliarse con Barbosa.

La realidad es que Armenta ha dejado de ser tema en la agenda política.

Lo verdaderamente interesante es lo que ocurre en los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática. En próximos días veremos que se sumarán panistas y perredistas al liderazgo de Barbosa.

Pero esto va más allá de lo que cualquiera pudiera pensar. Incluso hay quienes pertenecieron al círculo morenovallista, que operaron para Martha Erika Alonso y que hoy, este día 7 de febrero, acarician la rodilla de Miguel.

Lo mismo veremos en las filas del PRD. Los que hasta hace unas semanas apoyaban la coalición ‘Por Puebla al Frente’ hoy están pidiendo con desesperación su incorporación a Morena.

El asunto podría parecer chusco y gracioso si no revelara la profunda crisis política que en verdad representa.

Durante los últimos años Puebla estuvo sometida a un pragmatismo, en realidad un hiperpragmatismo donde los principios ideológicos y los valores partidistas fueron denigrados para dar paso a una política de intereses económicos al amparo del poder.

Esto en realidad es grave. La política sin principios ha existido desde siempre, pero esas corrientes nada construyen, nada aportan al desarrollo de las sociedades o los países.

Hoy México tiene un presidente de la República que es movido por convicciones, por principios. Su óptica nacionalista es inapelable y su negativa a entregar la nación a los intereses de los emporios empresariales es tajante. Pero esto solo es comprensible en base a sus principios.

El desarrollo de su ejercicio, el desenvolvimiento de la praxis política tiene y tendrá tropiezos que son naturales, normales. Es el primer gobierno de izquierda después de 36 años de neoliberalismo mexicano. Evidentemente las resistencias son descomunales. Pero estamos ante el nacimiento de una gestión con principios ideológicos.

Mientras tanto en Puebla lo que vemos son hordas de sujetos voraces y oportunistas que buscan subirse al tren del presupuesto, sea quien sea el conductor. Hace unas semanas se arrodillaban ante Martha Erika, pero hoy lo hacen en la oficina de Barbosa. La abyección es burda, grotesca.
En próximos días usted generoso lector, verá a esos panistas exmorenovallistas comiendo de la mano morenista de Miguel.

Eso de ninguna manera significa adhesión, en realidad estamos ante el espectáculo de la postración.

Y realmente es lamentable ver ésta escena ausente de principios y valores.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


TAGS