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Cúpula / Eduardo, Adán y la decadencia yunquista.

lunes 1 julio 2024 / El polémico episodio de los últimos días fue el álgido cruce de declaraciones entre Mónica Rodríguez Della Vecchia y Adán Domínguez Sánchez, socio y fiel escudero de Eduardo Rivera Pérez.

El alcalde suplente utilizó un evento oficial del Ayuntamiento para lanzar denuestos simplistas y frívolos sobre el proceder de Mónica.

El verdadero trasfondo es el impacto que están causando las declaraciones de Rodríguez en la moral de Rivera Pérez.

Las viscerales arengas de Adán Domínguez no son por iniciativa propia, son las indicaciones que gira Eduardo desde su oficina particular.

Adán no mueve un dedo sin la orden de su jefe.

Es evidente la debilidad de Rivera Pérez quien busca convertirse en el nuevo cacique del blanquiazul, pero ya no tiene el respaldo de las bases.

Si Mónica Rodríguez recorriera el estado se encontraría que en la mayoría de los municipios las tropas panistas también trinan contra las imposiciones y desplantes atrabiliarios de Rivera Pérez.

Los yerros y desaciertos de Eduardo no se limitan a su atropellada gestión en Puebla capital.

Como candidato a la gubernatura recorrió la entidad llevando sus equívocos a por lo menos cien municipios.

Con una frivolidad solo comparable a su desconocimiento de los municipios impuso ocurrencias, hizo y deshizo en los comités, ignoró la opinión de las bases.

Era como un “Rafa” pero en versión torpe.

Si Rodríguez Della Vecchia decidiera encabezar un movimiento estatal para cerrarle el paso a Rivera, encontraría eco y aliados en por lo menos cien municipios.

Ahí en comunidades adonde Augusta Díaz de Rivera solo iba por espacios de media hora para después retirarse.

La irritación azul contra los desplantes de Eduardo va más allá de las declaraciones de Rodríguez.

En el interior de la entidad una auténtica ola lo hace responsable de derrotas que pudieron evitarse.

Es considerado un cacique fallido que de ninguna forma puede seguir detentando el timón.

En una pasada entrega apuntamos que Marko Cortés puede imponer a Eduardo como presidente del Comité Directivo Estatal pero la sombra de la ilegitimidad será inevitable.

Hoy las expresiones individuales de Mónica Rodríguez Della Vecchia deben convertirse en un movimiento que de una vez por todas cierre la puerta al corrupto yunquista y su cofradía, la misma que llevó a la Angelópolis a una crisis más profunda que la padecida con Claudia Rivera Vivanco.

Rivera Pérez es un protagonista absorto en los negocios, las concesiones a modo y los enjuagues bajo la mesa, pero como cuadro político evidentemente va en decadencia.

Tuvo en las manos la oportunidad de ocupar una Senaduría de primera minoría, sin embargo no se dio cuenta.

Prefirió la vana y banal aspiración de buscar la gubernatura y fue atropellado por la maquinaria de Morena.

Es decir, Eduardo ya perdió la visión y sensatez que debe tener todo agente político.

Hoy el futuro del panismo poblano está en manos de militantes verdaderamente identificados con la doctrina y los principios ideológicos.

Lalo ya no pertenece a esa esfera.

Está convertido en un mercader de la política y las bases azules lo saben.

cupula99@yahoo.com


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Adán Domínguez SánchezEduardo Rivera PérezMónica Rodríguez Della Vecchia