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Desde hace semanas en esta Cúpula apuntamos que la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco debería acelerar el proceso de entrega recepción en el rubro de Seguridad Pública y advertimos: ‘Si la presidenta no toma las previsiones necesarias se estará exponiendo a que le estalle una crisis en las manos’.

Eso lo publicamos un mes antes del cambio de gobierno. Desde este momento podemos anticipar que la gestión de Rivera se verá estremecida por constantes episodios de violencia.

Pero no se trata de un tema puramente local. El asunto de fondo es que la crisis de inseguridad y delincuencia es un fenómeno nacional. Es la catástrofe frente a la cual Peña Nieto simplemente se cruzó de brazos.

Mientras el país repudiaba y detestaba al mexiquense, éste respondía dejando que el país se sumergiera en un baño de sangre sin antecedente, sin parangón. Fue su forma personal de vengarse de un país que lo aborrece.

Puebla no puede ser ajena a este desastre nacional y los hechos están ahí a la vista de todos. Pedirle a Rivera Vivanco que regrese a Puebla a la serenidad de los años noventa, es como pedirle a López Obrador que pacifique el país en un año.

Los procesos serán largos y dolorosos. No hay recetas secretas para detener una oleada delictiva que creció y se desarrolló durante los últimos 12 años.

Sin duda Silvia Tanús tiene razón cuando pide ‘un voto de confianza’ para María de Lourdes Rosales. Y es que simplemente no hay otra opción más que la de brindar ese bono de confianza.

Sin embargo la titular de Seguridad Pública debe crear a la brevedad un cuerpo de asesores y operadores en la materia. Porque la responsable del área es una estudiosa, una teórica de los temas de seguridad. Y esa es su gran deficiencia, ya que desconoce todo lo concerniente al trabajo de campo.

¿Quién va a dirigir un operativo especial en el mercado La Unión? ¿Quién va a coordinar una redada en Villa Frontera? ¿Quiénes serán los responsables de impedir que las viejas vecindades del Centro Histórico se sigan convirtiendo en refugio de narcomenudistas?

Rosales debe crear un cuerpo donde se integren cuadros con experiencia en trabajo de campo.

Y ahora que pertenece a una administración que no tiene fobias partidistas sin duda debe considerar llamar a Adolfo Karam Beltrán, uno de los mejores policías que tiene Puebla.

Pero hoy como nunca antes la prioridad es la seguridad. Y volvemos a repetir, la alcaldesa debe tomar todas las previsiones, antes de que una crisis le estalle en las manos.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.


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