Cúpula / La cuestionable unción de Sheinbaum
Puebla, Pue. martes 22 agosto de 2023 / La postura de Marcelo Ebrard representa una nueva etapa de polarización interna.
Desde hace meses mostró una abierta reticencia para acercarse a la ‘corcholata’ predilecta, Claudia Sheinbaum.
Su actitud se ha exacerbado.
En días recientes el excanciller recrudeció su discurso.
Es evidente que hay un elemento de indignación e incluso resentimiento.
En estos momentos la lucha de Ebrard es por un concepto político que en años recientes ha perdido validez, ha sido subestimado, incluso menospreciado.
Ese precepto básico es la legitimidad.
Hoy llegan candidatos a gubernaturas, senadurías o presidencias municipales sin legitimidad alguna.
Ahí está el ejemplo inapelable de Guerrero.
La gobernadora Evelyn Salgado Pineda es una figura que adolece completamente de esa validez.
Las circunstancias la colocaron al frente del gobierno de su entidad, sin embargo su investidura es más que cuestionable y los resultados están a la vista; un estado sumergido en la ingobernabilidad, el caos y la anarquía.
Es como la Ciudad de México de estos días, una fotografía anticipada de lo que veremos en el país luego de la asunción de Sheinbaum.
Detrás de los reclamos de Marcelo hay una historia que se remonta a 2012 cuando le abrió paso a Andrés Manuel, quien ya olvidó esa deuda moral.
En aquel año el político tabasqueño declaró su agradecimiento en múltiples ocasiones, pero hoy omite esa etapa.
En 2010 y 2011 las mediciones arrojaban una estrecha cercanía entre ambos personajes.
Las encuestadoras Covarrubias y Nodo Estrategia mostraban un virtual empate técnico.
En esos años -cuando Claudia Sheinbaum ni siquiera destacaba en la escena nacional-, Marcelo se hizo a un lado para impulsar la candidatura de AMLO.
En su momento López Obrador así lo reconoció públicamente.
2023 sería el momento para pagar aquella deuda moral. Empero el presidente de la República ya no parece recordar.
Hoy el mandatario está dispuesto a imponer a Sheinbaum y está utilizando todo el aparato federal para ese fin.
Lanzaron una aplanadora sobre las aspiraciones de Ebrard.
Pero Marcelo ya encontró la gran fisura, la grieta en la muralla.
Por supuesto que pueden designar a Claudia.
Lleva más de dos años utilizando el impulso presidencial, no obstante su unción carecerá de legitimidad.
Será un proceso que quedará manchado.
La designación de Claudia no será un trámite de terciopelo, al contrario.
Por momentos parece asomarse una fractura que quedaría marcada por la inconformidad de los demás aspirantes.
El presidente tiene todos los recursos para imponer a Claudia, pero la sombra de la ilegitimidad, el olor de una falsa contienda interna quedará sellado.
Se equivoca Fernández Noroña cuando afirma que Ebrard saldrá de Morena.
En absoluto. Marcelo ya lo desmintió.
Sin embargo la operación cicatriz será un proceso que se anticipa en extremo complicado.
No bastará con el reparto de posiciones, candidatura al gobierno de la Ciudad de México, senadurías y gubernaturas.
Los ánimos entre Claudia y Marcelo están en su momento más álgido y no hay indicios para una probable reconciliación.
Aún hay un factor que puede influir en la sucesión presidencial y es la injerencia de Washington.
La relación bilateral atraviesa por su peor momento.
Las loas y homenajes a Julian Assange; las reservas para apoyar a Ucrania y la cercanía con el eje bolivariano son agravios para el gobierno de Estados Unidos. Afrentas que no permitirán.
Aún veremos días agitados.
cupula99@yahoo.com
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