El conflicto poselectoral sin noticia. Al cierre de esta entrega de Cúpula la noticia es que no hay noticia. El Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP), aún no declara cuáles fueron los datos duros que le entregó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Los magistrados pasaron la pelota a la cancha local pero aún no sabemos si continúa el partido con el marcador que ya conocemos o estamos ante un penalti; no sabemos si el juego ya concluyó o nos vamos a tiempos extras. Como quiera que sea el silencio del tribunal local es sepulcral. Tendremos que esperar.
Mientras tanto vamos a un tema no menos urgente que es la ola delictiva en la capital. Reza el viejo refrán ´Ven la tempestad y no se hincan’. Sin duda el añejo adagio bien puede aplicarse al enfoque sobredimensionado y exagerado que se le dio a la polémica por el logotipo fallido.
La historia es del conocimiento de la opinión pública. El equipo de transición de Claudia Rivera Vivanco convocó a la creación de un logotipo que sería la imagen institucional del próximo Ayuntamiento. Eligen un diseño que además de horrendo es un plagio de otros gráficos. La alcaldesa electa tiene que dar marcha atrás en el tema.
Pero el punto es que la gran mayoría de enfoques mediáticos prestaron una atención sobredimensionada al asunto del logotipo, cuando éste ni siquiera debería ser tema central. Señores, estamos ante una banalidad, una trivialidad.
Lo que es verdaderamente urgente y prioritario es que Rivera Vivanco suba a la agenda de transición el tema del relevo policiaco. En este momento son medulares las siguientes preguntas:
¿Quién será el próximo titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal? ¿Quiénes serán sus principales colaboradores? ¿Cuáles serán las estrategias policiacas? ¿Cuáles serán las partidas, los presupuestos que se asignarán al rubro?
Pedimos al generoso lector que disculpe el término soez y vulgar, pero estamos discutiendo sobre un pinche dibujito cuando hay temas que son prioritarios.
Lo hemos subrayado en ocasiones anteriores. El tema de la inseguridad no se trata de un renglón en que el alcalde Luis Banck Serrato o Manuel Alonso sean los únicos responsables.
Lo que estamos presenciando es un fenómeno nacional. La violencia se apoderó de todo el país. La Angelópolis no es una isla ajena al desastre que flagela a México.
Pero debe insistirse que pese a esta ola delictiva Puebla sigue conservando índices muy inferiores a los que tienen estados vecinos como Veracruz, Morelos o Guerrero.
El punto medular es que la gobernabilidad se desfondó en todo el país.
Peña Nieto ya perdió la poca autoridad que tenía y el señor de los mensajes indescifrables, el mandatario electo López Obrador, aún no toma posesión del cargo, por lo que todavía no puede ordenar ni a los agentes que cuidan su casa de transición.
Lo mismo sucede en Puebla. En unas semanas el gobernador Tony Gali entregará el poder, pero todavía no sabemos a quién, ni en qué circunstancias.
Todos estos vacíos, estas lagunas, estos relevos -en los que el saliente pierde el mando y el entrante todavía no puede ordenar-, son utilizados por el crimen organizado y por la delincuencia común.
Al cierre de esta entrega se reporta que en Guanajuato se han registrado 32 ejecuciones en los primeros días del gobierno del mandatario Diego Sunhué Rodríguez Vallejo.
Por el bien de Puebla y de los poblanos es prioritario que Claudia Rivera Vivanco suba el tema del relevo policiaco de manera urgente, si no quiere que una crisis le estalle en las manos.
Al tiempo.
Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.
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