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El caso del cuerpo de un bebé encontrado en un contenedor de basura en el penal de San Miguel es una noticia que incluso ya se aborda en medios internacionales. Evidentemente hay una enorme efervescencia y desbordadas especulaciones al respecto.

Pero en estos temas que agravian a la sociedad se debe privilegiar el sigilo, la secrecía de las investigaciones.

Ventilar datos e información medular en los medios de comunicación solamente va a lograr que los responsables se den a la fuga.

A estas alturas lo más probable es que los sujetos que sacaron el cuerpo del bebé de un panteón de Iztapalapa, así como los responsables del cementerio, al igual que aquellos que trasladaron el cadáver hasta Puebla, ya huyeron. Para estas fechas ya deben estar en una ciudad fronteriza, tratando de huir del país.

Es claro que algunas voces de activistas actúan de buena fe; pero siempre se debe privilegiar la función de las autoridades ministeriales.

En este terreno Puebla tiene una fiscalía que se conduce con extremo rigor y disciplina; el titular de la dependencia el Doctor Gilberto Higuera Bernal protege el sigilo que ameritan todas las indagatorias.

Se trata de datos en extremo sensibles, que no se pueden, ni deben ventilar en los medios, so pena de alertar a esos criminales.

La investigación sobre este caso que horroriza al país entero, está en manos del Fiscal Higuera, un profesional con una amplia experiencia, un hombre sensible a la gravedad del caso.

Podemos tener la certeza de que las pesquisas están muy avanzadas. Pero por la misma razón no se deben ventilar detalles que son de importancia toral.

México espera los resultados que Higuera Bernal pronto habrá de presentar.

Esperemos.

Dulcería poblana.

En Tehuacán fracasa Tepole y la política del compadrazgo.

La semana pasada hicimos un breve perfil del primer regidor de Tehuacán, Pedro Tepole Hernández.

Apuntamos que al edil le gustan las noches de juerga, la copa, las apuestas, los juegos de póker y las gratas compañías.

En su círculo de amigos lo conocen como Pedro Te-póker o también Pedro Barajas.

El 22 de enero se cumplieron 100 días de la administración municipal y un sondeo reveló una abrumadora descalificación en su contra.

Entre el 70 y el 80 por ciento reprueba la gestión de Pedro.

Esencialmente se acusa un drástico incremento en los índices delictivos; solo basta mencionar que Tepole sostiene al mismo director de Seguridad Pública que tenía el ex alcalde Artemio Caballero, suplente de Felipe Patjane.

Además un enorme clamor acusa la errática recolección de basura. El tema de un ambulantaje desbordado que ha invadido las calles del Centro Histórico de Tehuacán también se señala de acre manera.

No se puede omitir que el escandaloso accidente protagonizado por los sobrinos del edil le quitó la aureola de “bondadoso” y le puso los adjetivos de insensible e infame, frente a la tragedia de un joven deportista víctima de un “borrachazo”.

Pero ese era el diagnóstico hasta la semana pasada.

En unos cuantos días la situación cambió de manera dramática.

Luego de los plebiscitos del domingo 23 de enero la reprobación contra Pedro Tepole se convirtió en una condena social.

Desde hace un par de meses el alcalde vio los plebiscitos como la oportunidad para colocar a sus compadres como presidentes auxiliares.

Si, los mismos que son sus compañeros de partidas de póker y noches de juerga. Varios de ellos son originarios de San Felipe Maderas, cabecera del municipio de Nicolás Bravo. Se trata de personas completamente ajenas a Tehuacán.

Esa era la intención, usar las juntas auxiliares para acomodar a sus secuaces.

Pero la intentona salió terriblemente mal. Otros candidatos y sus grupos se levantaron en airadas, en agitadas protestas sociales que desembocaron en la cancelación de los plebiscitos en las cinco principales juntas auxiliares.

A gritos y mentadas de madre, los grupos ciudadanos sacaron a los funcionarios enviados por Tepole para tratar de calmar las aguas.

Desde el domingo 23 de enero el Ayuntamiento de Pedro sufre una aguda crisis de legitimidad.

Ante las bases sociales, ante decenas y decenas de colonias populares, la jornada de los plebiscitos le quitó a Tepole toda autoridad moral, toda respetabilidad.

En las bases ya lo ven como un sujeto autoritario que pretendía colocar a sus compadres, a sus amigos de parranda, en las presidencias auxiliares.

En las colonias ya lo ven como un enemigo de la voluntad popular.

La aprobación social de Pedro Tepole se está cayendo acelerada, precipitadamente. En las calles los ciudadanos gritan: “Un Ayuntamiento que comienza mal, termina mal”.

Y Pedro va rumbo a un barranco.

Como siempre quedo a sus órdenes.

Tw @CupulaPuebla

cupula99@yahoo.com


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