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En 2010 Eduardo Rivera Pérez llevaba bajo el brazo un portafolios repleto de proyectos e iniciativas a realizar en la Angelópolis, pero el régimen morenovallista tenía toda la intención de no permitirle crecer y despuntar; por eso hicieron todo lo posible por obstaculizar su gobierno. El protagonismo, el egocentrismo, pero sobre todo los intereses financieros terminaron por imponerse.

Desde 2019 el gobernador Barbosa Huerta tiene varios proyectos para detonar en Puebla capital; la remodelación de la zona de El Alto; la creación de un mando único policial; la erradicación del ambulantaje, visto como la causa de todo un abanico de problemas sociales.

Pero Claudia Rivera Vivanco decidió que prefería declarar una guerra al mandatario. Y todos esos proyectos para la ciudad de Puebla quedaron arrumbados, en espera de mejores tiempos.

Hasta la fecha no se entiende la actitud y el proceder de Claudia.

¿Qué pretendía? ¿Acaso buscaba destituir al gobernador? ¿Sabotear su administración o crear un clima de ingobernabilidad?

Hoy queda claro que cual fuera su intención nunca la logró.

Pasarán algunos años para que Claudia se dé cuenta, abra los ojos y vea que solamente la utilizaron y enviaron como si fuera un pandillero golpeador.

Para algunos el pasado proceso electoral fue un abierto desafío que buscó menoscabar la hegemonía de Barbosa Huerta.

Todos aquellos que pretendieron desafiarlo, terminaron políticamente abatidos.

Mientras tanto Puebla puede esperar los próximos años con una mirada promisoria. Barbosa no va a obstaculizar los planes y proyectos de Rivera Pérez; al contrario, los va a impulsar y respaldar. A su vez Eduardo llevará una relación respetuosa, institucional y armoniosa con el gobernador.

Se acabaron los arrebatos viscerales; las pugnas estériles y ociosas; los videos con retos infantiloides propios de una mente enajenada. Se acabó la anti-política del hígado.

Una vez que Eduardo Rivera Pérez rinda protesta, en breves horas nadie va a extrañar a Claudia, quien seguirá en su desbocada intención de recorrer el estado para crear una estructura que en un futuro (lejano, muy lejano, demasiado lejano), le permita buscar la gubernatura de Puebla.

Sobre las intenciones de Claudia conviene hacer la siguiente aseveración. Quienes no la conocen difícilmente la apoyarán y quienes ya la conocen con toda seguridad jamás le darán su confianza.

Pero volvamos al tema de la verdadera política.

Históricamente los gobernadores poblanos siempre han sostenido relaciones tirantes con los presidentes municipales, por supuesto nada comparable a la actitud pendenciera y visceral de Claudia Rivera Vivanco.

Pero hoy todo indica que el trienio 2021 – 2024 habrá de romper esa funesta costumbre de discordia. Las circunstancias están dadas como una oportunidad para Puebla.

Victimización de Claudia es un recurso propagandístico.

Las expresiones que buscan presentar a Claudia Rivera Vivanco como la víctima de fuerzas siniestras dentro de Morena solo es un espectáculo, un mero show, un montaje.

Tal parece que dicen:

“Claudia tenía todo para ganar, es una presidenta admirada y querida por los poblanos… Fue la misma opinión pública quien pidió y aplaudió toda esa gigantesca inversión en bolardos y señalética… Son los ciudadanos los que reconocen su gran labor y entrega…”

“Desde Carmen Serdán no se había visto a otra mujer tan entregada a las más altas causas… Fue ella quien recorrió todas las juntas auxiliares atendiendo a los poblanos por igual y sin distingos…”

“Esas mediciones espurias e infames que la presentaban como la peor alcaldesa del país son parte de toda una estrategia siniestra…”

“Pero solamente basta recorrer Puebla para ver cómo la presidenta impulsó el autoempleo generando oportunidades para 3,800 vendedores que han hecho de las calles su nuevo hogar…”

“Había todas las condiciones para ganar la presidencia de Puebla pera las fuerzas siniestras encabezadas por ese cabrón de Biestro lograron convencer a miles de poblanos que salieran a votar en contra… Vaya hasta los habitantes de la zona conurbada también fueron manipulados para votar en contra de nuestro partido… Se nos acabó el negocio, este, perdón, que diga… el proyecto”.

Más o menos esto es lo que argumentan.

Es el gran show de victimizar a Claudia, pero al mismo tiempo demuestra el tamaño de la estaca que llevan clavada.

No es una punción en la piel, sino que la herida cruza de pecho a espalda; simplemente es algo que todavía no pueden digerir, aceptar y mucho menos reconocer.

La confrontación nunca será el camino y fueron precisamente los padrinos y asesores de la alcaldesa quienes la llevaron al barranco.

Y en estos momentos conviene preguntar ¿Qué otra estaca podría calar más hondo?

Cuando la política y las pasiones carnales se unen, generan zonas extremadamente vulnerables.

Ahí es donde las heridas calan con más profundidad. Anótelo desde este momento.

Ese será motivo para una Cúpula Non Sancta.

Como siempre quedo a sus órdenes.

@CupulaPuebla
cupula99@yahoo.com


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