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Las imágenes de lo que ocurre en otras entidades es alarmante. Pero en Puebla se debe reconocer que hasta el momento se desarrollan campañas serenas, sin mayores complicaciones. La efervescencia es natural.

La presencia de Felipe Calderón llegó a encender el ambiente; durante su sexenio quedó en claro que más que estadista es polemista. Con su habitual manejo del maniqueísmo político señaló que en las elecciones se decidirá entre la “dictadura o la democracia”. Aseveraciones de ese tipo desatan los ánimos en uno y otro bando.

Mientras Claudia Rivera Vivanco trajo al Senador Ricardo Monreal, Lalo Rivera logró el apoyo explícito de ultra polémico Felipe Calderón.

Sin embargo se debe subrayar que esta polémica se conduce dentro de los canales institucionales; la pasión no se desborda y la violencia está muy lejos de los procesos electorales en Puebla. Esperamos que esto continúe de la misma forma.

Los golpes que se dieron en base al llamado atlas delincuencial lograron que decenas de hampones salieran de la circulación en varios municipios poblanos. Esto contribuye a evitar actos de amedrentamiento o intimidación en el proceso electoral.

Sigue en el aire la pregunta: ¿A cuánto ascienden los gastos de campaña de Claudia Rivera Vivanco?

Y sigue en el aire la pregunta: ¿A cuánto ascienden los gastos de campaña de Claudia Rivera Vivanco?

En algunos de sus eventos se han contado hasta 400 brigadistas.

Es inevitable preguntar ¿De qué tamaño es la nómina de los activistas de Claudia? ¿Reciben pagos semanarios o quincenales? ¿O les pagan por gritos? Quizá aquellos que bloqueen periodistas incómodos reciban una compensación extra.

Lo cierto es que en algunos actos de Rivera Vivanco hay más brigadistas que ciudadanos votantes.

Todas las mediciones, todas las encuestas serias arrojan una clara ventaja de Eduardo Rivera Pérez. En la percepción ciudadana es mejor recibido por los grupos sociales.

La campaña de Claudia refleja un descenso en las preferencias; es decir va de más a menos. Precisamente por sus confrontaciones.

Claudia sembró la semilla de la discordia. Utilizó su Ayuntamiento para el enfrentamiento y el encono. Los grandes sectores sociales la ven como una figura negativa, problemática, más cercana a la grilla que a las propuestas.

Hoy sus acusaciones y alusiones contra la prensa incómoda son insustanciales, carentes de valor para los electores.

La gente dice: “Claudia nada más se está peleando con todos”.

Rivera Vivanco en lugar de edificar, destruye; en lugar de proponer, descalifica; en vez de tender puentes sigue con sus amenazas. Y para eso cuenta con el apoyo de su fiel escudera Liza Aceves.

Nunca entendieron que al electorado poco le importan sus fobias personales.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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