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Las imágenes fueron de DIARIO CAMBIO; por lo menos 40 o 50 brigadistas, todos con el chaleco de Morena formaron una valla humana para impedir que medios de comunicación incómodos llegaran hasta la candidata Claudia Rivera Vivanco.

Es la imagen de una derrota anunciada; representa la incapacidad política de la abanderada para enfrentar la crítica; simplemente ya no tiene la estabilidad emocional para aceptar cuestionamientos periodísticos.

Ayer lo apuntamos: conforme avance la campaña, Claudia entrará en una vorágine de desesperación; unos días antes de la jornada bastará una pequeña chispa para hacerla estallar como un polvorín.

Rivera Vivanco se esconde en la comodidad que le brinda tener el cuerpo de brigadistas más numeroso y ostentoso que se haya visto en la historia local.

Las preguntas se hacen obligadas: ¿Cuántos brigadistas tiene la campaña de Claudia? ¿Cuánto reciben por pago semanario o quincenal? ¿A cuánto asciende la nómina de la campaña? ¿El Vento en el que se mueve está reportado dentro de los gastos?

Los gastos de campaña de la candidata de Morena son tema para una profunda investigación; aquí encontraremos tantas o más anomalías que en el mismo Ayuntamiento.

Todo lo que toca Claudia lo convierte en un lodazal. Ya lo veremos.

Y no importa que figuras de la política nacional vengan a respaldarla.

El apoyo que necesita es de los poblanos que caminan las calles, en los mercados y utilizan las colectivas. Y todos ellos ya decidieron votar en su contra.

También lo veremos.

Mario Rincón y la capacidad de adaptación.

No solo Puebla, sino todo México vive momentos de convulsiones políticas. Pocos pueden sortear los cambios y otros menos podrán sobrevivir a las crisis que vendrán.

En fecha reciente se publicó que Mario Rincón González es el operador del senador Alejandro Armenta Mier en la zona de Tepeaca; precisamente donde el agente ha realizado un minucioso trabajo político y social desde hace quince años.

La alianza de Rincón con Armenta debe leerse en su pasado político. En la década de los 90, hace 30 años, ambos fueron líderes del Movimiento Territorial Urbano Popular, un brazo del PRI que pretendía atraer al electorado de las colonias y juntas auxiliares; buscaban llegar a los grupos que no estaban dentro de los sectores tradicionales.

Rincón González siempre ha sido un operador acucioso, diligente y muy eficiente. Gracias a su capacidad para maniobrar en aguas turbulentas fue colaborador cercano de figuras centrales en la política poblana.

Fue aliado de la inolvidable y siempre entrañable Lidia Zarrazaga Molina, una mujer que fue una figura de vanguardia y que aún hoy nadie puede superar.

Más adelante Rincón colaboró de cerca con Germán Sierra Sánchez. Durante los años del marinismo mantuvo un perfil bajo, pero en ningún momento dejó de hacer trabajo político.

En 2010 al arribo del morenovallismo fue requerido precisamente por su capacidad operativa en la región de Tepeaca; al inicio del sexenio fue parte del equipo de Fernando Manzanilla en la Secretaría General de Gobierno y más adelante fue titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial.

Luego de la caída del Agusta XE-BON y a la llegada del régimen morenista, Rincón González es de los pocos ex funcionarios que nunca han sido señalados o aludidos por malos manejos. Durante los años que condujo la dependencia lo hizo de manera escrupulosa y transparente. Hoy aparece en el equipo de Alejandro Armenta.

Y si preguntamos a los jefes que tuvo: ¿Mario Rincón lo traicionó? Nadie podrá decir que es una persona desleal.

Todos los jefes que Rincón González ha tenido a lo largo de más de 30 años saben que es un hombre fiel, leal y agradecido.

Sus movimientos en las aguas turbulentas de la política se deben precisamente a su capacidad de adaptación, a los cambios que debe sortear frente a las nuevas circunstancias y los tiempos convulsos de que presenciamos.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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