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En el marco de los nuevos esquemas de las campañas electorales el domingo 4 de abril arrancaron los candidatos a diputados federales. El escenario fue desolador, lastimoso, incluso dramático. Las actuales campañas nada le dicen a los grandes sectores sociales.

Los agentes que contienden como Ana Teresa Aranda Orozco, Xitlalic Ceja García, Carolina Beauregard Martínez o Mario Riestra Piña no lograron despertar el interés y mucho menos la pasión de las huestes partidistas.

Esas generaciones crecieron con los mismos hábitos: la movilización, los autobuses y microbuses del transporte público llevando a las personas desde las juntas auxiliares y colonias hasta los mítines; el reparto de sombrillas, playeras, calcomanías; las matracas y los aparatos de sonido con las enormes bocinas.

El acarreo era la forma en que se medían la fuerza de las campañas. “En el arranque de fulano hubo 5 mil gentes… zutano llevó más de 50 autobuses… perengano concentró a diez municipios en su primer acto…”

Pero la pandemia canceló las concentraciones masivas y las movilizaciones… y los candidatos quedaron desnudos.

Hoy sus discursos vacíos se revelan aún más huecos; sin los mítines queda exhibida la brutal carencia de ideas y propuestas; el vacío ideológico muestra sus raquíticas miserias; basta transcribir sus mensajes y perfectamente se pueden inscribir en la década de los años 70.

Los estudiantes de Ciencias Políticas podrían hacer un trabajo muy elemental; transcribir los mensajes de los actuales candidatos y realizar un análisis riguroso. Verán que no hay propuestas, ni tesis, ni conceptos, ni ideas que establezcan una nueva relación con los ciudadanos.

Estos candidatos nada tienen que aportar a la actual sociedad. Es una clase política que semeja un obsoleto y aparatoso automóvil Royal Mónaco modelo 1977 y que llega a decir “Vengo a trabajar por ustedes”. Cuando la sociedad necesita nuevos sistemas de transporte; eficientes, ecológicos, eléctricos, con tecnología y conectividad.

Los sectores que están informados; que leen los diarios en los portales web saben que los abanderados provienen de los enjuagues y los arreglos más desaseados que se hayan visto. Son los candidatos del PRIANRD, de Claudio X. González, de Marko Cortés y ‘Alito’; en otros casos son los representantes de Genoveva, Armenta, Garmendia y Evangelista.

Los ciudadanos los ven iguales, como harina del mismo costal. Abanderados que representan todo, menos a la sociedad.

De entrada desde este momento se puede anticipar un abstencionismo salvaje.

La sociedad está agotada, agobiada, profundamente lastimada por la pandemia, la crisis económica y un mayor o menor confinamiento.

La situación no va a mejorar.

Durante los próximos dos meses veremos un repunte muy grave en los contagios. No solo será el efecto de los miles de ciudadanos que se atrevieron a salir de vacaciones, sino también la muy probable llegada de las nuevas cepas del virus.

Los países europeos están aterrados con la cepa inglesa; en otro punto del orbe, Chile y Bolivia cerraron sus fronteras con Brasil que está alcanzando niveles terribles de contagios y decesos. En un mundo globalizado las variables del Covid-19 se habrán de extender de manera muy delicada.

En medio de la pandemia más extendida que haya visto la humanidad, tenemos una clase política mexicana que nada le dice a los grandes sectores sociales; porque ni siquiera saben qué hacer.

Son agentes formados en la escuela de los años 70; nunca tuvieron el hábito de rodearse de cuerpos de asesores, por lo tanto están rebasados por una sociedad que ve a la política como una plaga funesta y molesta.

Falleció el escritor tehuacanero Francisco Haghenbeck Correa.

El día de ayer pereció el escritor Francisco Haghenbeck Correa. Por motivos familiares nació en un hospital de la Ciudad de México, pero Paco siempre vivió en Tehuacán.

Entre sus obras destaca ‘Trago amargo’, que recibió el Premio Nacional de Novela; ‘Una Vuelta de Tuerca’ en el año 2006; ‘La libreta secreta de Frida Kahlo’; ‘La primavera del mal’; ‘El diablo me obligó’, ganadora del Premio Nocte 2013, que otorga la Asociación Española de Escritores de Terror, al mejor libro extranjero; Netflix la llevó a la pantalla chica con el nombre de ‘Diablero’.

‘Deidades Menores’ premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero 2014 y ‘La isla de los lagartos terribles’, Premio LIJ Norma 2015 entre otros.

Paco Haghenbeck radicaba en Tehuacán, pero se desenvolvía en el medio editorial de la Ciudad de México. Incluso la cuenta de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) expresó sus condolencias.

Descanse en Paz.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com


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