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En las horas previas a la nueva catástrofe tricolor en Puebla los ánimos de los ingenuos están desbordados.

El “profe” Ceballos piensa que le está haciendo un favor al doctor Enrique Agüera; el abanderado que todavía cree que un “milagro” caído de Los Pinos puede salvarlo de una vergonzosa debacle; Blanca Alcalá, Jorge Estefan y Juan Carlos Lastiri simulando apoyar al candidato, aunque sus tropas juegan en otro bando; Eduardo Rivera y Rafael Micalco pensando que su “arrolladora” personalidad posicionó a Tony Gali; Fernando Moreno Peña exhibiendo datos bancarios de Gali ante los medios, en lugar de recurrir a las instancias debidas.

El ánimo de los ingenuos es parte del folclor, de la picaresca local.

La campaña de Tony Gali es obra de quien sin empacho, sin reservas, lo publicitó en espectaculares, colocándose al lado de su delfín. Fue una campaña sin disimulo.

Por su parte la catástrofe agüerista es causa de un abandono premeditado desde Los Pinos.

Enrique es un brillante académico, pero un pésimo candidato que creyó en las falsas bondades del peñismo.

Gali tiene detrás de sí un enorme aparato estatal.

Agüera tiene en su favor el silencio del gobierno federal. La estructura priísta simplemente no se movió en su favor.

Para dimensionar lo qué significa y representa la locomotora tricolor tenemos que remontarnos a la elección michoacana del mes de noviembre de 2011.

Fue en esa contienda cuando Luisa María “Cocoa” Calderón enfrentó a Fausto Vallejo. Los nombres solo representan los aparatos que tuvieron a sus espaldas.

Detrás del capricho de “Cocoa” estaba por supuesto el gobierno federal encabezado por su hermano. Desde las Secretarías de Estado se volcaron miles de millones de pesos sobre tierras michoacanas.

En la otra esquina aún no tenía un gobierno federal. Pero no estaban mancos. Sabían que esa elección local michoacana de 2011 era la antesala de la gran puja presidencial.

Y de los gobiernos de extracción priísta salieron los recursos para empujar la campaña de Fausto Vallejo.

Fue una guerra de estructuras. Peso contra peso. Operador contra operador.

Como nunca antes el gobierno de Calderón se enfrentó con la locomotora tricolor.

Los resultados son parte de la historia política. “Cocoa” Calderón bailó esa noche con Gustavo Madero, todo era júbilo y carcajadas. Pero a las pocas horas cayó en un completo silencio.

El PREP michoacano minuto a minuto iba reflejando el derrumbe calderonista. El aparato federal era derrotado.

Fue una demostración de poder.

¿Por qué ese mismo ejercicio no se repitió en Puebla?

¿Por qué la locomotora priísta dejó morir solo a Enrique Agüera?

¿Por qué el bloque imbatible de los gobernadores priístas (como los mariachis) callaron?

Michoacán fue el ejemplo de lo que puede hacer la locomotora tricolor, que sigue siendo el mayor aparato político – electoral del país.

Pues ese mismo aparato en esta elección poblana, simplemente guardo silencio.

Fue la batalla de la estructura morenovallista contra  el “mutis” de los priístas.

El domingo 7 de julio Enrique Agüera y la mayoría de los candidatos de la coalición 5 de Mayo a diputados y a las principales presidencias municipales caerán abatidos bajo las balas del aparato estatal.

Ese día se enfrentará el aparato contra el silencio.

 

Gamboa Patrón: “la visita del amante” y su espeluznante declaración.

 

La presencia de Emilio Gamboa Patrón líder de la bancada tricolor en el Senado de la República fue como la visita del amante: llegó de noche y se fue de madrugada.

En una fría y hueca reunión Gamboa Patrón manifestó su “apoyo” a los candidatos de la coalición 5 de Mayo, pero vertió una declaración espeluznante. El Senador dijo que “Peña Nieto no negoció Puebla en el Pacto por México”.

En la nota cubierta por el reportero Gerardo Ruíz se apunta: “el integrante de la Cámara Alta de San Lázaro enfatizó que el Pacto por México impulsado por Enrique Peña Nieto ‘no es carta de cambio’ para negociar elecciones en estados como Baja California y Puebla”.

La pregunta se hace inevitable, si en Puebla no se dio una negociación al más alto nivel,

¿entonces el PRI de Peña Nieto fue realmente incapaz de hilvanar una estrategia en Puebla? ¿entonces Fernando Moreno Peña es un “brillante estratega” derrotado?

La única explicación lógica a la catástrofe priísta que ocurrirá el domingo 7 de julio es una negociación hecha en un pacto tácito de: “Dejo que hagas lo que quieras con tu estado, pero necesito tu apoyo en la reforma energética y hacendaria”.

Pero, si este pacto tácito no existió, estaríamos ante una doble catástrofe.

Si ese pacto tácito existe es terrible. Pero si no existe es mucho peor.

Senador Gamboa, no espante.

Nuestro correo es el mismo de siempre cupula99@yahoo.com, sin mx.


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